Informe
En el marco de la reestructuración
Sanidad policial debe ser autónoma
Los pacientes de los centros de salud y de los hospitales de la Sanidad de la Policía, por la naturaleza de sus funciones, precisan no sólo garantía en el cuidado integral de su salud, sino que, además de la atención médica que reciben, que esta se realice en forma oportuna, eficiente, con plena garantía de confidencialidad y seguridad de la información que se registra en sus historias clínicas.
Sin embargo, estos aspectos están siendo ignorados en detrimento de la calidad de atención, Así lo demuestra el informe elaborado por el Comité Técnico y el Comité Asesor de Reestructuración del Servicio de Sanidad y Fondo de Salud para el Personal de la PNP (Fospoli), en lo que han llamado la etapa inicial del proceso de reestructuración de la Sanidad policial.
Esta comisión constituida por R.M. N° 1735-2003-In. pretende desestimar la capacidad instalada y el potencial humano que tiene la Sanidad Policial, y recomienda como siguiente etapa la sustitución de los comités encargados de la evaluación por una unidad administrativa que forme parte del Mininter, asuma las funciones de la Unidad Ejecutora de la Sanidad Policial y administre el Fospoli, el que por ende dejará de tener un cuerpo administrativo propio, para convertirse en una cuenta contable.
Por qué razones no se le devuelve a la Sanidad el nivel que tenía en 1991: una organización dependiente de la Alta Dirección del Ministerio del Interior con autonomía administrativa, técnica y presupuestaria, con un excelente desempeño y eficiencia en su gestión.
Las conclusiones de esta comisión desvirtúan el trabajo que ha venido realizando la Dirección de Salud de la Policía Nacional (Dirsal 2003) que el referido informe señala; por ejemplo, que la prestación del servicio de salud puede ser mejorada ejecutando decisiones que no exigen mayores inversiones, lo que resulta inconcebible si se tiene en cuenta la realidad por la que atraviesa la Dirsal y las necesidades que esta reclama de disponer de los recursos económicos necesarios que le son negados para la implementación de los objetivos trazados.
Sobre la prescripción de medicinas; esta se realiza dentro del marco existente en el Petitorio de Medicamentos para el 2004, según las normas dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), encontrándose actualizado a la fecha, lo que limitará la prescripción de medicinas no consideradas en él. El Consejo de Administración del Fospoli se encuentra implementando las medidas de control para corregir cualquier situación.
Al parecer, las autoridades han olvidado que la salud del pueblo no se negocia, más aun la que es subvencionada por el Estado.
El exceso de personal, que refiere el informe ha sido originado por disposiciones de gobiernos anteriores, que promovieron su ingreso obedeciendo a decisiones políticas ajenas a la institución; actualmente personal administrativo se ha puesto a disposición de la Dirección General PNP, proceso que continuará hasta lograr una adecuada racionalización. La apreciación del Comité Técnico es muy generalizada, pues existe un déficit notorio de profesional médico.
En cuanto a los establecimientos, estos se están reestructurando para conformar 5 microrredes (Norte, Centro, Sur, Oeste y Este) para la atención integral de la salud de la población policial de Lima Metropolitana.
No hay renovación de equipos ni se da mantenimiento a los existentes, porque los magros recursos asignados a la Sanidad no lo permiten; no obstante, estos reducidos recursos son manejados transparente y eficientemente como Unidad Ejecutora 020. Los precios de adquisiciones son mucho menores que anteriores gestiones; ejemplode ello es el alcohol medicinal que se adquiría a 8.00 nuevos soles, hoy se compra a 1.48 nuevos soles e incluso se ha adquirido dos ambulancias, las que no se compraban desde hace 20 años.
En 1991, la Sanidad era una organización dependiente de la Alta Dirección del Ministerio del Interior con autonomía administrativa, técnica y presupuestaria, y un excelente desempeño y eficiencia en su gestión.
Esta comisión dice que "superar las deficiencias anotadas requiere no sólo de la decisión de realizar los cambios, sino de disponer de recursos, no siendo garantía que este curso de acción sea el más eficiente para alcanzar el objetivo de brindar un servicio de salud oportuno eficiente y de calidad, sobre todo si se tiene un exceso de capacidad instalada a nivel del sector privado y que este dispuesto a ejecutar un contrato con el Ministerio del Interior si se le garantiza una demanda potencial de 500,000 posibles pacientes".
Al parecer, las autoridades han olvidado que la salud del pueblo no se negocia, más aun la que es subvencionada por el Estado.
LO INCONCEBIBLE
Se sabe que el Ministerio del Interior ha dispuesto la transferencia de 250,000 nuevos soles por cuatro meses del presupuesto de Sanidad para la compra de carros a los generales de la Policía. Nos preguntamos: ¿y los policías enfermos qué? ¿Si el presupuesto de la Sanidad es escaso por qué entonces se pretende quitarlo?
BUSCAN CONTRATAR LOS SERVICIOS DE ENTIDAD PRIVADA
La entidad privada tiene costos de servicios de salud que se van incrementando a medida que se sumen otras atenciones en el paquete de prestación y de acuerdo al número de integrantes por familia.
Contratar los servicios de una entidad privada de salud no garantiza servicios de salud oportunos, eficientes y de calidad. La capacidad instalada de la Sanidad representa un costo para el Estado, que actualmente es competitivo con relación a otras entidades de salud y que no debe ser desestimado, más aun si se tiene en cuenta que, por el mismo costo, brinda atención integral, es decir, actividades de salud en promoción, prevención, recuperación y rehabilitación, del titular y sus familiares con derecho, incluyendo la atención de alta complejidad que ninguna entidad privada lo va a hacer.
El informe del Comité Técnico y del Comité Asesor de Reestructuración del Servicio de Sanidad y Fondo de Salud pretende contratar los servicios de una entidad privada de salud, lo cual requeriría de un costo adicional para realizar dicho contrato. ¿Quién asumirá estos costos?, ¿acaso los titulares?, sabiendo que los sueldos del policía son bajos. El resultado sería una disminución del poder adquisitivo y, por ende, un impacto negativo en la economía familiar, mucho mayor dependiendo de los familiares dependientes que se tenga que asegurar.
Por otro lado, dependiendo de la posibilidad económica para contratar determinado tipo de servicios, éste sólo tendría acceso a un limitado paquete de servicios que pondría en peligro su salud y la de sus familiares cuando requieran atención especializada y compleja, como es el caso de enfermedades renales, del corazón, de cáncer, diabetes complicadas, accidentes de tránsito, e infecciosas, como el Sida y lesiones a causa de la acción ocupacional.
La Dirsal formuló el anteproyecto de presupuesto para 2004 por un monto total de 67’449.562 nuevos soles (bienes, servicios y bienes de capital), estableciendo además un monto de las necesidades indispensables, que asciende a 745,000 nuevos soles mensuales. De lo solicitado fueron aprobados 4’090,000 nuevos soles, equivalentes a 340,000 nuevos soles mensuales, los que se destinan para cubrir las necesidades mínimas, monto que resulta totalmente insuficiente para dar cobertura en el ámbito de la república.
La sanidad
policial y su historia
Hasta octubre de 1991, el Servicio de Sanidad de la PNP contaba con autonomía administrativa , técnica y presupuestaria, por ser un organismo dependiente de la Alta Dirección del Ministerio del Interior, reconocido por ley desde el 02 de julio de 1940.
El Servicio de Sanidad se gesta en 1926 del tópico de la escuela de la Guardia Civil, desarrollándose posteriormente como enfermería, con infraestructura, capacitación y gestión de su personal. A partir del año 1940, como Servicio de Sanidad. En el año 1942 se traslada al que hoy es el Hospital Central de la PNP, ubicado en la Av. Brasil.
El 30 de mayo de 1987, por D.S. N° 015-B-87-IN, se crea el Fondo de Salud para el Personal de las FF.PP. y Sanidad de las mismas, aportando el Estado el 6% de las remuneraciones mensuales del personal policial y sanidad en situación de actividad, disponibilidad y en retiro, además de aportes o donaciones que reciba o intereses por sus colocaciones financieras. La administración de Fospoli a cargo de la Sanidad y el Consejo de Vigilancia integrado por un representante de cada una de las FF.PP. y Sanidad; sujeto a disposiciones de la Ley 20064.
El 25 de noviembre de 1988, el Congreso de la República modifica el artículo 277 de la Constitución del Estado, creando la PNP, al unificar en un solo cuerpo a la Guardia Civil, Policía de Investigación y a la Guardia Republicana,no incluia a la Sanidad.
El 03 de octubre de 1991, por D. S. Nº 0001-91-IN, aduciendo «optimizar el funcionamiento del Fospoli y teniendo en cuenta que la mayoría de sus miembros son de la PNP, se establece que la administración del aludido fondo deberá realizarse en forma proporcional entre la PNP y el Servicio de Sanidad de la misma», modificando el art. 4to. del D.S.: 015 –B-87-IN. El Consejo de la Administración del Fospoli pasó a cargo de la policía y el Consejo de Vigilancia integrada por representantes de la PNP y Sanidad.
En 1991, la cobertura del Servicio de la Sanidad policial era a nivel de todo el territorio nacional, otorgando al personal policial y a sus familiares prestaciones de salud integral de alta calidad, convirtiéndose el Hospital Central en el centro referencial de los heridos por el terrorismo de aquella época, actuando en convenio con el Minsa, y en el aspecto de formación y capacitación del personal con las universidades.
El 05 de noviembre de 1991, por D.L. N° 694, se incluye dentro de la estructura de la PNP como órgano de apoyo al Servicio de Sanidad, aduciendo un mejor accionar del policía contra el terrorismo, dependiendo directamente de la Dirección General de la PNP. Esto fue en el papel, pero, en la realidad, la PNP desapareció al servicio de la Sanidad, destruyendo toda la organización y reduciendo el "accionar" de esta dirección a cinco unidades operativas en Lima, incluido los hospitales Central y el B. Leguía.
La Dirección de Sanidad estaba supeditada al manejo de las direcciones (economía, logística, personal, etc.) de la PNP; hecho que se dio desde que fue incluida; cuando desaparece su estructura y organización, sale la Ley N° 27238, del 21 de diciembre de 1999, oficializando la desaparición de la Sanidad como Dirección, apareciendo como programa de bienestar y salud integral. De esta manera se mantenía centralizado el control y se usufructuaba la renta del presupuesto de la PNP.
Para brindar una atención integral de salud, se hace imprescindible apoyar el financiamiento de las metas que han sido presupuestadas por la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional en base al trabajo realizado a partir del 2003, al devolverle la autonomía presupuestaria a Sanidad. Al hacerse efectiva la R.M. Nº 0749-2002-IN-0304, del 6 de mayo del 2002, y al aprobar la estructura funcional programática de la nueva Unidad Ejecutora 020: Sanidad PNP para el AF-2002, considerando que en los últimos 11 años la Sanidad no tenía un presupuesto, este fue absorbido y manejado por las direcciones (economía, logística, personal, etc.) de la PNP, incluyendo la farmacia de ventas del hospital central, que pasó a manos del Fondo de Bienestar de la PNP.
A fines de ese año se hace la entrega respectiva con deudas y un resto magro del presupuesto, llegando a efectivizarse en el año 2003.
Por R.M. N° 1735-2003-IN, nombran la Comisión de Reestructuración del Servicio de Sanidad de la PNP y del Fondo de Salud para el Personal de la PNP, con un Comité Técnico conformado por civiles: dos médicos empresarios privados de la salud, un administrador y un ingeniero agrónomo, con un nombramiento arbitrario. El Comité de Apoyo está conformado por miembros de la institución encargados de dar información al Comité Técnico, que emite un informe final en que se pretende tercerizar al Servicio de Sanidad y al Fondo de Salud Policial.
Punto de vistaEl futuro del sistema de salud
La Sanidad policial se encuentra en pleno proceso de reestructuración, cuyo norte es incierto debido al hermetismo para conducir el proceso y la nula participación de la sociedad. Es increíble que aún no se haya definido la función rectora del Ministerio de Salud y de la Sanidad de Policía. Según las normas legales, la función rectora del sistema de salud le compete al Ministerio de Salud; sin embargo, definir las facultades, las competencias y las expectativas que le corresponden a la Sanidad debe quedar meridianamente claro para emprender su reestructuración. Este aspecto crucial debe coordinarse con el Minsa.
Por otro lado, la eficacia y la eficiencia del sistema de salud están en entredicho. Se gasta poco en salud es verdad, pero además se gasta mal. Por ello, es necesario definir el rol prestador, financiador y regulador del sistema de salud, de tal manera que por un sistema de trasvase de recursos de los diversos componentes del sector Salud se gane en eficacia y eficiencia.
Por ello, es contraproducente que la Sanidad policial empiece un proceso de reestructuración sin contexto macro y sin debate público, con la finalidad de conseguir legitimación social. Este último aspecto es importante, por obvias razones, en una institución no deliberante.
La historia de la Sanidad policial ha puesto en evidencia, una vez más, cómo se manejaron los recursos de esta a partir de 1991, al depender directamente del director general de la Policía Nacional. Esta autonomía presupuestal ha sido de alguna manera devuelta a partir del 2003, pero ahora pende como una espada de Damocles el impacto de la reestructuración en la autonomía de la sanidad policial.