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En el Perú: medicina legal y peritajes en manos empíricas

Sigue causando consternación el hecho de que el Ministerio Público convocara en el mes pasado a un concurso público para cubrir plazas de médicos legistas. Por un lado, que se hiciera con tan sólo 48 horas de anticipación, desde la publicación hasta la inscripción, y por otro, que éste haya sido abierto para otras especialidades en medicina, a pesar de que existen ya varias promociones en nuestro país de médicos legistas, que adicionalmente estudian tres años para lograr esta especialidad, ocasionando no solamente un gasto al Estado (Fiscalía) y a las universidades, con las que se firman convenios para impartir la especialidad, sino también a los propios estudiantes.

El resultado de esta convocatoria fue que ningún médico legista logró cubrir plaza alguna, motivando esto el rechazo y la denuncia de los especialistas, quienes sólo pueden ejercer sus funciones en el Ministerio Público.

De esta forma, la medicina legal y los peritajes en el Perú se encuentran en manos de empíricos y no de médicos especializados, hecho que compromete a la fiscal de la Nación, quien debe explicar por qué razones no se tiene en cuenta a los médicos legistas.

Editorial

La implosión del gobierno del presidente Toledo ha puesto sobre el tapete, una vez más, la gobernabilidad en nuestro país. Tiene como esquirlas a connotados miembros del más alto nivel de gobierno como Raúl Diez Canseco, Beatriz Merino, Luis Solari, Fausto Alvarado, Willy Gonzales Arica, etc, etc., cuya expresión más relevante es la acusación de uso impropio del cargo por decir lo menos. La sociedad percibe un enorme vacío de poder y los sectores en conflicto, una ausencia de interlocutor que solucione sus problemas en forma democrática.

Ante la magnitud de la implosión gubernamental, el tema de la salud ha pasado a segundo plano en los medios de comunicación; sin embargo, la agenda ha sido rica en desaciertos. Por ejemplo, se ha designado un nuevo viceministro de Salud, abogado de profesión. En plena tempestad, y casi a punto de zozobrar en lugar de poner al timonel a un médico que conozca el sector, el Gobierno improvisa. El entorno asesor del ministro de Salud ha sido duramente cuestionado en su moralidad por los medios de comunicación; sin embargo, no ha habido una saludable aclaración. Los actores sociales involucrados en el quehacer sanitario perciben falta de capacidad negociadora, agotamiento, falta de ideas e iniciativas en la gestión ministerial. El Ministerio de Salud es ingobernado.

Por otro lado, otra vez asoma el seguro de Negligencia Médica y nuevas leguleyadas se vislumbran en el Congreso, como por ejemplo, el hecho de que la Mesa Directiva haya dado la posibilidad para que dictamine la Comisión de Constitución, que nada tiene que ver con el tema y que, como todos sabemos, preside el congresista Amprimo, promotor de la norma. La leguleyada significa introducir al Pleno nuevamente el proyecto, con la finalidad de promulgarlo directamente sin la participación del Ejecutivo, hecho imposible a través de la Comisión de Salud.

Visión Médica les desea una feliz Navidad y un próspero Año Nuevo. El país anhela un 2004 de bienestar, unión y solidaridad.