El cambio de gabinete ministerial, pese a que algunos analistas creen que es un hecho fortuito, es una seria crisis de gobernabilidad. La propia caída del premier Cornejo representó la cúspide de esa crisis. Ésta se ha graficado en la desaceleración económica, la caída de la recaudación fiscal, los aportes a las AFPs por parte de los independientes, la caída de los indicadores sanitarios, la conflictividad social -representada por la huelga médica- y las dudas morales respecto a 5 ministros de sectores importantes: Economía y Finanzas, Energía y Minas, Salud, Producción y Medio Ambiente, difundidas por los Cornejoleaks.