Metas y desempeño sanitario

240315


Comparte este artículo

No hay un sistema de salud organizado, ni capacidad para atender demanda.

Los ciudadanos esperan que el gobierno ponga a su disposición servicios de salud óptimos. Intuyen que si son víctimas de un desastre o emergencia los establecimientos de salud estarían preparados y prestos para atenderlos. Creen que la aparición de alguna epidemia tampoco alteraría su vida cotidiana porque el sistema sanitario respondería. Y que tendrían atención médica gratuita cuando los afecte alguna enfermedad porque han aportado directamente o a través de impuestos para ello.


Sin embargo, el Perú no tiene un sistema de salud organizado, ni la capacidad necesaria para atender los deseos y necesidades de sus ciudadanos. Ninguna persona, sea rica o pobre, puede enfrentar las epidemias, los desastres, ni las enfermedades en modo individual. La solidaridad y el concurso de la sociedad es inevitable. Palabras claves son ayuda mutua, reciprocidad, complementariedad, universalidad y ahorro.

El Estado se organiza precisamente para cumplir esa función esencial del bien común a través de la seguridad social universal. A pesar que desde 1936 emprendimos el esfuerzo, aún no hemos llegado a cumplir ese anhelo para todos los peruanos. Los medios de comunicación transmiten a diario dramas humanos frente a la adversidad natural, las epidemias y la enfermedad individual, que se traducen en reclamos ciudadanos.

Es obligación del Estado organizar y garantizar la capacidad social para enfrentar esos desafíos. Además, debe cohesionar y alinear los intereses individuales para lograr el bien común, la seguridad social universal en salud. El desarrollo de la capacidad social se logra fomentando la participación de todos los sectores; el estado, el sector privado, la sociedad civil y los ciudadanos: Nadie sobra. Todos se complementan.

Pero, el problema fundamental reside en que los niveles de calidad de los servicios de salud, de los medicamentos, de los insumos y del equipamiento deben ser idénticos para toda la población. No puede ser de otra manera. Un medicamento sólo puede competir en el mercado por precio, pero no por eficacia. Todos deberían tener la misma eficacia y calidad. Este es el drama del Perú. Cada segmento poblacional tiene una respuesta sanitaria distinta y diferenciada. Ha fracasado el Estado.

Se ha realizado un esfuerzo, por ejemplo, para señalar las metas de las instituciones de salud, los indicadores de desempeño y mejoras de los servicios, atados a una bonificación equivalente a un sueldo para los funcionarios y servidores del sector público. Es un esfuerzo parcial, incompleto, pero loable, dada la realidad sanitaria de nuestro país. Es una forma de involucrar a todo el personal del sector público.

Sin embargo, el DS 041-2014-SA que sirve para dicho fin no se aplica hasta la fecha a los servidores de las sanidades militares, la sanidad policial, los gobiernos regionales, el Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS) y la sede central del Minsa.

Las metas del 2015 ya deberían haber sido socializadas, compartidas y fiscalizadas en su cumplimiento. Los indicadores de desempeño y la mejora de los servicios debieron correr igual suerte, pero nada de eso ocurre. La consecuencia de esa omisión se traducirá en deficientes servicios sanitarios para la población y en conflictos laborales. Los trabajadores verán frustrado el sueldo adicional que se les ofreció para el mes de diciembre. Si no se paga el incentivo por cumplimiento de metas, de nada habrá servido la iniciativa. En este contexto es fácil pronosticar reclamos, conflictos y huelgas que complicarán más el funcionamiento de los establecimientos de salud. ¿Y la población? Mal, como de costumbre.

Es necesario tomar medidas para evitar el conflicto anunciado. El Minsa debe asumir el liderazgo para el cumplimiento de las metas e indicadores sanitarios. Los ministros de las carteras que prestan servicios de salud y los gobiernos regionales deben hacer lo propio. Es imprescindible fortalecer la capacidad de respuesta del Estado frente a las necesidades y deseos de la gente.

Por Herberth Cuba García

www.cuba.pe

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *