Essalud, SIS y el fracaso del aseguramiento


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Se confunde el aseguramiento con el Seguro Integral de Salud

El inicio de las nuevas gestiones en el Ministerio de Salud (Minsa) y en el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (Mintra) ha repuesto la agenda de reforma de salud del gobierno humalista. Los funcionarios del núcleo ejecutor de ese lustro han vuelto, ya sea como funcionarios o como asesores y consultores. Pero no cabe duda de que la orientación ideológica mercantilista ha regresado al poder.


Otra vez se realizan seminarios y talleres, tanto en el Minsa, en Essalud y en las universidades. Han vuelto los tópicos de discusión sobre las compras del Seguro Integral de Salud al sector privado (en desmedro del público), el beneficio de las aseguradoras privadas (y su impacto en la salud) y la separación de funciones de financiamiento de las de prestación en las entidades públicas, a través de dos instituciones distintas.

La propuesta ideológica marcha a contracorriente de lo que hace el sector privado, que se fortalece a través de la integración vertical (es decir, de la unificación de la prestación con el financiamiento en una misma empresa) y de la integración horizontal (no solo de seguros médicos, sino de otros tipos de seguros y de prestaciones e incluso la venta de insumos y medicamentos en retail).

Sin embargo, lo más grave es que funcionarios de alto nivel confunden el aseguramiento con el Seguro Integral de Salud. Además, creen que existe similitud entre las prestaciones que otorga Essalud con las del SIS. El SIS es la institución financiera (un fondo) que afilia a los ciudadanos y les otorga un plan de beneficios. El aseguramiento es un sistema que permite que los ciudadanos tengan un seguro y sean atendidos en cualquier centro de salud, hospital o clínica del país, indiferentemente de quien sea el propietario de ese establecimiento.

Al inicio se planteó un Plan Esencial de Aseguramiento. Como todos sabemos, han transcurrido 10 años y el aseguramiento no se ha implementado. Hasta la fecha, el Minsa no ha logrado costear en soles cuál sería el precio del Plan Esencial de Aseguramiento. Sin ese “pequeño detalle”, necesario para el intercambio, no hay aseguramiento. En segundo lugar, los seguros públicos y privados no han logrado acreditarse como Instituciones Administradores de Fondos de Salud (IAFAS); y tercero, la separación de funciones de las instituciones públicas no se ha realizado. Un fracaso total.

Sin embargo, el SIS se ha fortalecido, el número de afiliados ha crecido, y casi ha honrado sus deudas, aunque aún dista de convertirse en un seguro social pleno. Es decir, capaz de brindar prestaciones sanitarias, sociales y económicas. Está lejos de ser equiparable con Essalud.

El fracaso del Aseguramiento Universal en Salud se debe al mercantilismo que subyace en la norma. Cuatro son los componentes esenciales del mercantilismo en salud: 1) La división y separación de las instituciones de salud en entes solo financieros y solo prestadores, 2) La llamada reforma del financiamiento y su sostenibilidad, 3) Los arreglos institucionales para las compras estratégicas de servicios de salud a los privados, y por último, 4) La flexibilización de la compra de servicios, con mecanismos abreviados y por adjudicación directa. Por ejemplo, en el caso de las urgencias y emergencias, las especialidades médicas escasas y la mayoría de los procedimientos deficitarios debido a la escasez de proveedores.

Además, la contraparte a los cuatro componentes es: a) La contención de costos en el rubro de medicamentos, insumos y fuerza laboral, a través de mecanismos de control de precios muy estrictos (control de precios), b) La introducción de estándares, protocolos de atención y auditorías médicas punitivas (penalización del acto médico), c) El diseño de criterios de inclusión y exclusión de los listados de daños y enfermedades (la judicialización de los servicios médicos por la exclusión de los pobres y vulnerables de la atención de las enfermedades poco comunes y a veces costosas, con la subsecuente violación de los derechos humanos).

El diseño de la estructura de este modelo de organización y gestión de salud, centrado en el intermediador financiero, permite traspasar los fondos públicos al sector privado para la medicina curativa, sin competencia, al margen del libre mercado y con el solo beneficio de los allegados al poder político. La experiencia del lustro humalista fue contundente: se más que duplicó el gasto y empeoraron los indicadores sanitarios, porque se priorizó la reforma del financiamiento “del negocio de la salud” y se soslayó la medicina preventiva, la salud pública, la Atención Primaria de Salud y la incidencia en los determinantes económicos, sociales y culturales de la población.

El Congreso de la República tiene la obligación de revisar la Ley Marco de Aseguramiento en Salud (Ley N° 29344). Y sobre el consenso logrado en el Foro del Acuerdo Nacional del año 2015, “Los objetivos de la reforma de salud” crear un nuevo marco legal que convierta al SIS en un seguro social pleno para que se avance hacia la Seguridad Social Universal en Salud.

Por Herberth Cuba

 

Publicado en: El montonero

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