Fortalecimiento de EsSalud y la Seguridad Social en Salud


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Es necesario dejar atrás la mala herencia del humalismo

Existe consenso en la necesidad de avanzar hacia la Seguridad Social Universal en Salud que es, además, parte esencial del consenso del Foro del Acuerdo Nacional. Sin embargo, Essalud, que hasta el 2013 mantuvo un superávit operacional —es decir, sus ingresos superaban a sus gastos— después de ese año, durante el lustro humalista, cayó en déficit, con ingresos menores que sus gastos operacionales. Esta situación financiera ha obligado a sus gerentes y médicos, con muy buen criterio, a crear restricciones en la oferta de servicios, tanto en infraestructura como de profesionales de la salud, con la finalidad de equilibrar la balanza financiera. Resulta obvio que se trata de medidas de emergencia e insostenibles en el tiempo, y que es necesario abordar en modo integral el fortalecimiento de Essalud.


La coincidencia con el periodo humalista no debe extrañar, porque ese Gobierno estuvo empeñado en introducir el Aseguramiento en Salud, en lugar de fortalecer la Seguridad Social en Salud. Es decir, en la destrucción de Essalud y la creación de dos instituciones nuevas, una financiera y la otra prestacional, sin tomar en cuenta que las consecuencias son el mercantilismo, la innecesaria intermediación financiera, el incremento del gasto, y la despersonalización, burocratización y judicialización de los actos médicos y sanitarios. Luego de las experiencias del Aseguramiento en la Sanidad Policial del Perú, y de los graves problemas del modelo colombiano, es obvio que ese experimento hubiera puesto en riesgo la salud de los usuarios de Essalud.

Essalud es la institución pilar de la Seguridad Social en Salud porque “da cobertura a los asegurados y sus derechohabientes” a través de prestaciones sanitarias, sociales y económicas. Las prestaciones sanitarias comprenden a la promoción, prevención curación y rehabilitación. Las prestaciones económicas son lactancia, maternidad, incapacidad temporal y sepelio. Las prestaciones sociales son los centros de rehabilitación profesional y los centros del adulto mayor, entre otros.

Hasta marzo del 2018, según el propio Essalud, existían más de 11.2 millones de afiliados. Sin embargo, casi 850,000 afiliados pertenecen a los regímenes especiales (Seguro Agrario, Potestativo y otros) y más de un 1.6 millones son mayores de 60 años. Además, los usuarios de Essalud, como todos los peruanos, atraviesan un proceso de transición demográfica y de transición epidemiológica; es decir, poblaciones cada vez más envejecidas que sufren de enfermedades crónico-degenerativas, cuyas consecuencias directas son el incremento del gasto en enfermedades de alto costo y el uso de nueva tecnología y medicamentos (cáncer, diálisis, soporte de nutrición artificial, trasplantes, portadores de VIH y Sida, enfermedades huérfanas y raras, entre otros).

El financiamiento proviene de la contribución a cuenta de la planilla de cada asegurado, que es abonada por el empleador. El aporte representa el 9% de la remuneración total. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Essalud posee el aporte más bajo de Latinoamérica y debería ascender hasta una cifra de entre 9.7% y 10.4% de la remuneración total. A pesar de que el aporte del 9% de la remuneración total de cada servidor es insuficiente, existe el agravante de que no se cumple. El aporte real de los asegurados a Essalud es 5.77% de la remuneración total, debido a la existencia del subaporte. Es decir, que solo aportan sobre la base del 65% de la remuneración y no del 100%; como, por ejemplo, el magisterio (Ley 29944), los servidores de salud, del Minsa y gobiernos regionales y de los otros sectores (DL 1153), además de los empleados CAS (DL 1057, cuya tasa real es de 5.8%), los afiliados que solo aportan 4% (agrarios, pensionistas, pescadores artesanales, y otros más) a los que debemos agregar, el 4.5% del REJA correspondiente al Sistema Privado de Pensiones, con el pago único de por vida.

Es decir, se han agravado y perforado las finanzas de Essalud con una serie de normas (leyes). Por un lado, las que legalizan el subaporte (magisterio, salud); por otro, la exoneración del aporte a Essalud de las gratificaciones y de los sueldos adicionales (ejemplo, los 16 sueldos de la planilla dorada del sector público). Además, los regímenes especiales con aporte reducido (el 4%, del Seguro Agrario, el 5.8% del régimen CAS y otros), y la reserva técnica que exige el Ministerio de Economía y Finanzas por considerar en modo inconstitucional a EsSalud como parte de la actividad empresarial del Estado (FONAFE). Además, las deudas de los agentes económicos públicos y privados. que asciende a más de S/ 3,800 millones, desglosado en un 30% del sector público y 70% del sector privado. Seguir así es insostenible en el tiempo.

Es necesario voltear la página y dejar atrás la mala herencia del humalismo. El fortalecimiento de Essalud pasa en primer lugar por corregir las normas. En ese sentido, el Dictamen de Fortalecimiento de Essalud, de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso de la República, es un avance. En segundo lugar, mejorar la eficiencia y combatir la corrupción. Además, evitar que los políticos hagan populismo y mercantilismo con Essalud.

Por Herberth Cuba

 

Publicado en: El montonero

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