Reforzamiento de la capacidad del Minsa


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A las instituciones de fiscalización y control les espera un arduo trabajo

El 15 de julio de 2023 ha sido promulgado el Decreto Supremo 153-2023-EF por el que se ha transferido S/ 328.2 millones al Ministerio de Salud (Minsa) para “financiar la estrategia sanitaria orientada a reforzar la capacidad de los servicios de salud con cargo a la Reserva de Contingencia del Ministerio de Economía y Finanzas” (MEF). Como se sabe, la Reserva de Contingencia financia los gastos “que por su naturaleza y coyuntura no pueden ser previstos en los presupuestos de sus respectivos pliegos”. Es decir, el Minsa, como titular del pliego 011, ha debido sustentar esa “naturaleza y coyuntura” no prevista para ser beneficiario de esos fondos adicionales.

De esta manera se comprende el desglose de cada uno de los tres rubros asignados: el primero, de S/ 94.1 millones, destinados a bienes y servicios de la categoría presupuestal (9001) de las acciones centrales, que comprende “las actividades orientadas a la gestión de los recursos humanos, materiales y financieros de la entidad que contribuyen al logro de los resultados de sus Programas Presupuestales y de otras actividades de la entidad que no conforman a éstos” como por ejemplo, la gestión administrativa. El segundo, de S/ 233.5 millones para bienes y servicios en la categoría presupuestal (9002) de las Asignaciones Presupuestales que no Resultan en Productos (APNOP) que comprende “las actividades para la atención de una finalidad que no resulta en la entrega de un producto a una población determinada específica de la Entidad”. Por ejemplo, el pago de servicios generales, seguridad y vigilancia, locaciones de servicios, entre otros. El tercero, de S/ 500,000 en la categoría presupuestal (0017) para las enfermedades metaxénicas y zoonosis, entre las que se encuentra el dengue. 

Como se puede apreciar, la transferencia de fondos al Minsa, según la Oficina de Planeamiento, Presupuesto y Modernización, “beneficiará a las entidades del Pliego 011-Minsa, para el fortalecimiento de los servicios de salud que coadyuve a afrontar los efectos producidos por las diversas declaratorias de emergencia sanitaria”, que como, se había criticado, no contenían una contraparte presupuestal. En ese sentido, las emergencias por las lluvias intensas, debido al “Ciclón Yaku” que declaró el (DS 014-2023-SA) produjo una reducción de la capacidad de respuesta de los servicios de salud, sobre todo, en la costa norte del Perú.

Asimismo, el brote de dengue en 222 distritos y 19 departamentos y la Provincia Constitucional del Callao (DS 002-2023-SA), que a pesar de ser una de las más grandes epidemias de dengue que ha habido en Perú no tuvo un financiamiento adicional. Por tanto, al Minsa se le ha exigido demandas adicionales presupuestales de cada uno de los distritos y regiones afectadas declaradas en emergencia. Tampoco se puede pasar por alto la confirmación de un caso de polio, en un niño de un año de edad, de la etnia Awajún, en la comunidad de Nuevo Belén en el distrito de Manseriche, que ameritó la declaratoria de emergencia sanitaria (DS 013-2023-SA) por elevado riesgo de brote de poliomielitis y sarampión, en 14 regiones del país. 

Existe, además, un crecimiento atípico en casos de leptospirosis, que ya muestra un comportamiento epidémico, con 7,219 casos (un incremento de más de 189% frente a los casos del año 2022). Además, el fenómeno de El Niño global podría ser una condición favorable, para un incremento masivo de casos de la enfermedad en las regiones más afectadas, como Tumbes, Madre de Dios, Ayacucho y Piura. Hay que tomar en cuenta, que la leptospirosis, es una enfermedad bacteriana zoonótica, porque proviene de los animales e incidentalmente afecta a los humanos, como, por ejemplo, por el agua contaminada por animales enfermos, a través de la piel, ojos o incluso, las mucosas, o también, por los propios animales que contagian a las personas.

Dadas las condiciones de lluvias intensas, las inundaciones y clima caluroso, que son propicias para el incremento del número de casos de leptospirosis, es imprescindible, no solo, mayor presupuesto para las acciones de fortalecimiento de los servicios de salud, para atender a los enfermos y realizar las medidas de prevención, sino, también, enfrentarlas con la más amplia participación de los ciudadanos, mediante el enfoque comunitario.  

A todo esto, es necesario agregar al Síndrome Guillain Barre, que, si bien se ha dado facilidades para el uso de fondos de cada una de las entidades del sector salud, no ha significado, dinero adicional al presupuestado, para fortalecer el diagnóstico preciso  (etiológico) y otros análisis que ayuden a comprender las posibles causas bacterianas o virales, para una intervención sanitaria eficaz. En ese contexto, el fortalecimiento de la estrategia sanitaria de inmunizaciones requiere más brigadas que puedan reforzar el trabajo al interior de los establecimientos de salud, así como, grupos itinerantes, casa por casa, en todo el territorio nacional.  

A estas alturas del año, se comprende que el gobierno en materia sanitaria ha realizado las cosas a la inversa, porque en lugar de financiar las normas que se emiten, exigió que se realicen sin dinero. Es decir, ha seguido una lógica irracional, que se ha expresado en serias falencias frente a las necesidades de la población. En ese sentido, primero ha declarado estados de emergencia sanitaria;  segundo, ha autorizado el gasto de los propios fondos de cada región o institución de salud, en detrimento de las actividades ya presupuestadas y programadas con antelación; y tercero, no ha tomado en cuenta el incremento de la demanda de la población de servicios de salud, debido al embalse de cuidados y atenciones médicas ocasionados por la pandemia Covid-19 y por el casi cierre de los servicios del primer nivel de atención, es decir, de las postas y los centros de salud. 

Ahora la corrección es tardía, sobre todo para aquellos procesos de adquisiciones que requieren tiempo. Entonces, llegado el fin de año es posible que el dinero destinado a esas adquisiciones se devuelva al Tesoro Público, con perjuicio de la población. Es probable que para evitar que eso ocurra se aproveche de los sistemas de adquisiciones abreviadas simplificadas, en detrimento de la transparencia y la honradez; o que se priorice el gasto en personal, mediante las locaciones de servicios temporales. En consecuencia, al Minsa y a las instituciones de fiscalización y control les espera un arduo trabajo. ¡Cuidado, es una corrección tardía y riesgosa! 

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