La medicina preventiva cumple un rol importante en la detección de enfermedades
El Poder Ejecutivo ha presentado ante el Congreso de la República el Proyecto de Ley de Presupuesto para el 2024. El monto asignado es de S/ 240,806 millones, entre los que se incluye el pago del servicio de deuda por S/ 498 millones. Para lograr un equilibrio presupuestal se prevé ingresos por operaciones oficiales de crédito por S/ 29,384 millones.
En ese sentido, el Presupuesto Público del 2024 tiene un crecimiento frente al del 2023 del 12%, en cuanto a presupuestos de inicio (PIA). A la Función Salud se le ha asignado S/29,474 millones, que representa un incremento del 9% frente al presupuesto de inicio del 2023, que ascendió a S/26,983 millones. De igual manera, la distribución del presupuesto para el Gobierno central (S/ 153,640 millones), para los gobiernos regionales (S/ 52,439 millones), así como, para los gobiernos locales (municipios) que asciende solo a S/ 34,728 millones), manifiesta su característica centralista alineada con la inercia histórica. También se constata que la Reserva de contingencia solo asciende a S/ 3,083 millones, en circunstancias de la inminencia de El Niño global, por lo que podría ser insuficiente.
Un aspecto esencial para el fortalecimiento de la capacidad de respuesta del Estado y del Gobierno frente a las necesidades de salud de la población es que el Primer Nivel de Atención de Salud amplíe su oferta no solo con acciones recuperativas sino también con las preventivas –Atención Primaria de Salud (APS)– y de promoción. Es decir, no basta que el primer nivel de atención de salud trabaje solo como una Institución Prestadora de Salud (Ipress), tal como señala la Ley Marco de Aseguramiento (Ley 29344), ya que solo brinda prestaciones para las condiciones asegurables y los daños a la salud, sino que también debe realizar el cuidado integral de las personas, de su familia y de la comunidad, que según la Ley de Conformación de Redes Integradas de Salud (30885) se llevan a cabo en “establecimientos de salud”. Como se puede apreciar, el concepto de establecimiento de salud incluye también al de una Institución Prestadora de Salud (Ipress).
El segundo aspecto es que los establecimientos de salud ubicados en el Primer Nivel de Salud intervienen, por un lado, en los determinantes económicos, sociales y culturales de la salud para cambiar el comportamiento humano a favor de estilos de vida saludables. Esta tarea es compleja porque implica información, comunicación y educación con enfoque o pertinencia intercultural; con base científica, accesible y asequible. Asimismo, aplicar la estrategia de la Atención Primaria de Salud (APS) con la participación de la “comunidad en la comunidad y para la comunidad”. El enfoque comunitario implica una relación estrecha entre las diversas instituciones del Estado, de los tres niveles de Gobierno (relación Estado-Estado) y con la población de las comunidades y sus propias organizaciones sociales (relación Estado-Sociedad). Estas formas de relaciones (Estado-Estado y Estado-sociedad) tienen la finalidad de complementar esfuerzos, fortalecer la ayuda mutua y el apoyo a los sectores pobres y vulnerables.
Por otro lado, la medicina preventiva cumple un rol importante en la detección precoz de las enfermedades. En ese sentido, debe tomarse en cuenta que cuando una enfermedad recién empieza, casi no da síntomas o molestias (incluso a veces tiene un curso silencioso sin signos objetivos ni síntomas), por tanto, el diagnóstico es difícil, que requiere la intervención de profesionales médicos altamente especializados, pero, tiene la ventaja que en esta etapa precoz, la aplicación del tratamiento, la mayoría de las veces es más barato, efectivo y logra el restablecimiento completo del paciente, sin secuelas al futuro. Al contrario, cuando la enfermedad está avanzada, da muchos síntomas y molestias, a veces, invalidantes, en consecuencia, el diagnóstico es más sencillo, incluso, por personal de salud menos especializado, sin embargo, el tratamiento es más costoso, menos eficaz, con equipos biomédicos y medicamentos de alto costo, pero que deja secuelas definitivas en los pacientes, con severa afectación del pronóstico de calidad y de esperanza de años de vida. En este contexto, solo cabe mencionar, como ejemplo, a las diversas neoplasias malignas como el cáncer. Aún el Perú, no ha logrado revertir la terrible situación de la detección del cáncer, la mayoría de las veces, solo en estadios avanzados (III y IV), debido a las deficiencias en la detección del cáncer en estadios incipientes, por las falencias de la organización sanitaria, que ha soslayado el primer nivel de salud y de la medicina preventiva.
Un tercer aspecto, es que el financiamiento destinado al primer nivel de salud solo asigna alrededor del 12% del presupuesto público que le corresponde a la salud. Esta cifra contrasta con el 88% restante que es asignado a los hospitales, distribuido para el segundo nivel (39%) y para el tercer nivel (49%). Es decir, el énfasis del gasto público está centrado en la medicina curativa o recuperativa, que tiene como finalidad el gasto con el fin “de curar a los enfermos” en detrimento del gasto en promover y prevenir “para que las personas no se enfermen”.
Un cuarto aspecto, es que, según la Renipres del 2020, de los 8723 establecimientos que tiene el Minsa y los gobiernos regionales, 4383 no tienen profesionales de la salud (son nivel I.1), 2504 tiene algún profesional de la salud (I.2) y 1490 tienen algunos profesionales que incluye médicos generales (I-3) y solo 346 establecimientos de salud que poseen médicos con especialidad (1.4). Es decir, 6887 establecimientos del primer nivel no tienen médicos. Esta falencia, se agrega a los inadecuados niveles de infraestructura y de equipamiento. Si tomamos en cuenta la totalidad de los establecimientos existentes en el país, incluyendo a todos los sectores, públicos y privados, estos son 23957, sin embargo, solo 1006 tienen médicos especialistas, la mayoría en el nivel hospitalario. Esto es increíble, si se considera que solo brindan atenciones al 16% de la población. La cobertura del restante 84% es el reto que enfrenta el Sistema Nacional de Salud.
En este contexto, el fortalecimiento del Primer Nivel de Atención de Salud implica no solo un mayor número de establecimientos de salud, más y mejor infraestructura, equipos e insumos, sino, sobre todo, profesionales médicos con especialidad, aptos para contribuir a cerrar la brecha en la detección precoz de las enfermedades. ¡Crear Redes Integradas de Salud (RIS) para fortalecer la capacidad resolutiva del Primer Nivel de atención de Salud!