Los derechos humanos y las leyes que amparan a todos
Los medios de comunicación han puesto en evidencia que varios altos funcionarios del gobierno y líderes políticos, incluidos ministros, tienen denuncias por maltrato o agresiones de parte de sus esposas. También se supo, según parte policial, de una denuncia contra un ministro debido a agresiones psicológicas contra su esposa, dentro de su vivienda. Sorprende que cuando se les ha inquirido por ese mal comportamiento, se hayan amparado en el ámbito privado o personal y en la “conciliación”. Asimismo, que no se percaten de que esta dicotomía entre ámbito social y privado sirve para encuadrar a la familia dentro del ámbito privado y, por tanto, se impida la intervención del Estado. O que tampoco se den cuenta, que a pesar de que la familia tiene una relación entre privados, es equivocado creer que el Estado no debería intervenir si no se respetan en su interior, los derechos humanos y las leyes que amparan a cada uno de sus miembros. También preocupa que altos funcionarios del gobierno expresen sin tapujos su creencia en el “ámbito” privado y en la no intervención del Estado, sin darse cuenta que ensalzan el rezago de una costumbre en la que el hombre somete a la mujer y la mantiene a “dedicación exclusiva” de la familia, de las tareas domésticas y de la responsabilidad del cuidado de todos sus miembros.
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