En la semana de la interpelación a la ministra de salud, Midori De Habich ocurrió un escándalo en la puerta de una emergencia hospitalaria. Un vigilante fue herido de gravedad a golpes porque supuestamente impidió que la madre de los agresores fuese atendida en el servicio de emergencia y como consecuencia falleció. El nosocomio informó que la mujer había llegado en estado cadavérico y rechazó categóricamente las imputaciones. El Ministerio Público y el Poder Judicial tendrán una ardua tarea. ¿Eso basta? Por supuesto que no.