Cambios injustificados en proyecto de ley sobre esta enfermedad
El Congreso ha aprobado el dictamen del Proyecto de Ley 1493 que propone declarar de interés nacional y necesidad pública la construcción implementación y funcionamiento de institutos oncológicos regionales, a pesar de que la Comisión de Salud y Población había aprobado que sea de «centros oncológicos» regionales. Cambiar institutos por centros oncológicos parece ser solo un cambio de denominación menor; pero no es así, porque detrás de la denominación se encuentra la forma de abordar la lucha contra el cáncer. En el primer caso, los institutos hacen énfasis en lo curativo; y en el segundo, los centros oncológicos hacen énfasis en la medicina preventiva, la promoción de la salud (estilos de vida saludables y otros) y en la intervención en los determinantes económicos, sociales y culturales de la salud mediante las estrategias de Atención Primaria de la Salud.
El infundado argumento de la presidenta de la Comisión de Salud y Población para modificar el dictamen aprobado por unanimidad en la sesión de la Comisión ha sido que el artículo 11 de la Ley 31336, Ley Nacional del Cáncer, señala que la Red Oncológica Nacional está a cargo del Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN) en su calidad de organismo público ejecutor e integrada por los institutos regionales de enfermedades neoplásicas. A partir de ello es que se realizan las modificaciones de la terminología, «centros» por «institutos». Sin embargo, llama la atención la omisión a los «centros oncológicos» que sí se encuentran incluidos en el mencionado artículo 11; por tanto, el término «centro oncológico» es justificado y legal.
El artículo 11 de la Ley 31336 “crea por encargo del Minsa, la Red Oncológica Nacional a cargo del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) como organismo público ejecutor” e integrado, por una parte, por los Institutos Regionales (IREN) del norte, sur y centro del país y, por otra parte, por los diversos centros oncológicos para brindar un diagnóstico adecuado, atención oportuna y seguimiento de los pacientes con cáncer a nivel nacional. Esta redacción concuerda con lo señalado en el artículo 7 de la misma Ley, que se refiere a las acciones de prevención y detección temprana del cáncer en los tres niveles de gobierno, que incentiva y promueve la implementación de acciones de promoción de la salud, prevención primaria y control del cáncer a nivel nacional, entre otras acciones.
Por si fuera poco, ya existen una serie de centros oncológicos en algunas regiones, o incluso a cargo de algunos municipios como también hospitales públicos, con denominaciones variadas, como por ejemplo «preventorios», centros oncológicos, unidades oncológicas, etc. En ese sentido, la creación de la Red Oncológica Nacional permite una adecuada articulación, cooperación y complementariedad de los esfuerzos en los tres niveles de gobierno desde el nivel local o comunal, en el marco de las redes integradas de salud.
Con la Ley 31041, “Ley de urgencia médica para la detección oportuna y atención integral del cáncer del niño y del adolescente», se ha declarado ya «de interés y necesidad pública la implementación de sedes macrorregionales del INEN en concordancia al denominado Plan Esperanza, en las regiones de Áncash, Apurímac, Loreto, Lambayeque, Cajamarca, Cusco, San Martín y otras regiones» del Perú. Es decir, aprobar una vez más la construcción de institutos, como una norma declarativa es reiterativo e innecesario.
Además, los gastos que implicaría construir institutos en las regiones del Perú, al margen de un plan estructurado, como el Plan Esperanza, es cuantioso, quizá, incluso innecesario para la realidad nacional. Además, no resuelve uno de los problemas más importantes que aqueja la lucha contra el cáncer, que se expresa en el diagnóstico tardío, en estadios avanzados, donde el gasto de tratamiento es grande y las expectativas de sobrevida son pequeñas.
También se ha pasado por alto la naturaleza del proyecto y la intención de sus autores. Incluso sus fundamentos, plasmados en la exposición de motivos del Proyecto de Ley 1493, que señala que «el INEN estimó para el 2019, que el Perú terminará con 66 mil nuevos casos de cáncer, pero, además, que el 60% corresponde a casos de mujeres que en su mayoría padecen cáncer de cuello uterino y de mama y el 40% restante son casos de hombres con cáncer de próstata y pulmón».
Asimismo, que no se ha tomado en cuenta que existe un componente genético en los factores de riesgo del cáncer, pero también que es producto de la interacción con el medio ambiente. En ese contexto, es necesario evaluar la predisposición genética, la exposición a infecciones (por ejemplo, H. Pylori por el consumo de agua sin potabilizar, para el cáncer de estómago o el papiloma virus por contagio sexual, para el cáncer de cuello uterino) y noxas (factores) ambientales contaminantes cancerígenos, estilos de vida dañinos como el tabaquismo (cáncer del pulmón), dieta inadecuada e inactividad física, entre otros, que ponen en evidencia la necesidad de intervenir en la promoción de la salud y de estilos de vida saludable, con adecuados mecanismos de información, educación y comunicación en la comunidad.
En general se debe tener en cuenta que, para luchar contra el cáncer, es esencial el fortalecimiento de los estilos de vida saludables, la promoción de la salud y la prevención. También, implementar mecanismos de detección precoz, en los estadios incipientes de la enfermedad. En el Perú el cáncer es detectado en general tardíamente, en los estadios llI y IV. Para realizar estas actividades, en la comunidad, en la cercanía del domicilio de los ciudadanos son indispensables los centros oncológicos, es decir, de pequeños establecimientos de salud especializados contra el cáncer.
Al margen del gasto y el tiempo que implica legislar dos veces, en modo declarativo, sobre un mismo tema, el daño es que han dejado de legislar sobre los centros oncológicos, algo que sí era imprescindible. Aún el Poder Ejecutivo puede observar la norma y dar pie para que luego el Congreso corrija el error. ¡Qué difícil es implementar la medicina preventiva y la promoción de la salud y cuánto nos cuesta!
Por Herberth Cuba