Nuevo ministro de Salud ¿todo igual?


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Oscar Ugarte, ex ministro de Salud (2008-2011)

El 13 de febrero del 2021, mediante RS 014-2021-PCM fue aceptada la renuncia de la ministra de Salud Pilar Mazzeti. Dos días después el Gobierno, mediante la RS 018-2021-PCM,  le ha retirado las gracias por los servicios prestados a la nación, como gesto de indignación y deslinde por el escándalo “Vacunagate”. Ha sido designado, en su lugar, el ex ministro de Salud Oscar Ugarte. A modo de coincidencia, señalaremos que la exministra ha ocupado el cargo dos veces, y en ambos períodos ha enfrentado serios inconvenientes en torno a los ensayos clínicos. En junio del 2006 se denunció un ensayo clínico con 140 lactantes, denominado “Comparación de soluciones de rehidratación oral de glucosa, arroz y arroz-lactoferrina-lisozima para el manejo de la diarrea y niños peruanos”. Esta denuncia fue ampliamente documentada por el expediente 9292-2006 de la Defensoría del Pueblo, que advierte “problemas en el procedimiento de aprobación y autorización del estudio clínico, relacionados con la falta de cuestionamientos ante la inobservancia de los postulados éticos establecidos en la Declaración de Helsinki respecto a la realización de estudios clínicos en seres humanos” en otros cuestionamientos. Esa denuncia, que cobró ribetes de escándalo, obligó, como respuesta, a la promulgación del Decreto Supremo 017-2006-SA, “Reglamento de Ensayos Clínicos”, que con algunas modificaciones, aún se mantiene vigente. Si comparamos ambos casos, este último la ha obligado a renunciar y, además, a someterse a procesos de investigación. 

Por otro lado, Oscar Ugarte cuando asumió la cartera de Salud por primera vez, lo hizo luego del enorme escándalo de los “petroaudios” de octubre del 2008, que había arrastrado la renuncia del exministro de Salud Hernán Garrido Lecca, en medio de un serio conflicto laboral. Ahora vuelve a ocupar la cartera del sector Salud en medio de otro escándalo y la segunda ola de la pandemia; pero además con conflictos laborales por el incumplimiento de acuerdos y pactos colectivos. Su designación no se ha librado de cuestionamientos; por ejemplo, ha sido recordada su larga participación en el diseño de las políticas de salud, durante la llamada “reforma de salud humalista”. A pesar de haber sido ministro del régimen aprista, luego de la aprobación de la mercantilista Ley 29344, “Ley Marco de Aseguramiento Universal en Salud”, participó durante el lustro humalista en la implementación, e incluso enfrentó prolongadas huelgas médicas, de los profesionales y trabajadores del sector Salud. 

Además, durante el año 2010 promulgó la Resolución Ministerial 062-2010-Minsa, que fijó la concentración de 99% al oxígeno medicinal, que era producido solo por dos empresas, que incluso estaban en conflicto por restricción de mercado con EsSalud ante Indecopi. En ese sentido, se creó un monopolio artificial porque se retiraron del mercado las empresas que producían oxígeno medicinal de 93% de concentración. Ese oligopolio ha sido letal durante la pandemia, no solo por la incapacidad de las empresas de producir la exagerada demanda, sino también porque al estar prohibido el oxígeno medicinal al 93% no se ha invertido en plantas que lo produzcan.

El 29 de diciembre del 2020 se promulgó la Ley 31113 “que regula, autoriza, asegura y garantiza el oxígeno medicinal al 93%”. Sin embargo, aún falta que se reglamente, pese a que se ha vencido el plazo que otorga la Ley. Aunque parezca increíble, su reglamentación se encuentra ahora en manos del ministro que prohibió el oxígeno medicinal al 93%. En ese sentido, hay que señalar que mientras no se reglamente la Ley 31113 no habrá estímulo y confianza para promover la inversión en plantas de oxígeno medicinal al 93%. 

Se ha recordado también que durante la gestión del expresidente Vizcarra, Oscar Ugarte ha sido parte del Comando de Operaciones Covid-19, junto a la exministra Pilar Mazzetti, además de gerente de operaciones de EsSalud, hasta poco después de la vacancia presidencial. El poco tiempo que ha estado fuera del Gobierno estuvo activo en los medios y las redes sociales con escuetos consejos. Por ejemplo, bajo el título de Sistema de Salud ineficiente, enumera seis deficiencias:

Sistema fragmentado con limitada capacidad de acción, precario sistema de información sanitaria, primer nivel de atención con escasa capacidad para diagnosticar, atender y dar seguimiento que se ha agravado por el cierre de la consulta externa en vez de desconcentrar, así como, insuficiente infraestructura y equipamiento como camas, ventiladores mecánicos y otros, finalmente, escasos recursos humanos en los tres niveles de atención con insuficientes medicamentos e insumos estratégicos.

Como se puede apreciar, la comprensión de la pandemia sigue la lógica de la concepción curativa, coherente con el enfoque hospitalario, militar y policial de su antecesora. Preocupa que pase por alto la deuda del gobierno para el cumplimiento de la escala salarial para el año 2020, que asciende a S/ 1,100 millones; y la que corresponde al 2021, de S/ 1300 millones. Es decir, que el presente año el Gobierno debería desembolsar S/ 2,400 millones para cumplir con los compromisos laborales del servidores de Salud. Sin embargo, el Gobierno ha promulgado el DU 020-2021 que transfiere al sector Salud más de S/ 600 millones, para pagar servicios complementarios –es decir, horas extras–, en lugar de pagar las deudas. ¡Otra vez, todo igual!

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