Las seis líneas de acción que ha propuesto la CEPAL
El 16 de noviembre del 2021, en nota de prensa, el Ministerio de Salud (Minsa) dio cuenta de la reunión entre el ministro de Salud y la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el acuerdo de una “agenda de trabajo para la implementación del Plan de autosuficiencia sanitaria para el Covid-19”. Según el Minsa, el Plan involucra tres lineamientos, la producción de vacunas contra el Covid-19, la ejecución de ensayos clínicos y las compras regionales contra el Covid-19. La nota ha sido escueta y no se ha dado publicidad a los términos de acuerdo, omisión que debe corregirse, para comprender y analizar los compromisos que el Perú ha asumido.
La reunión es parte de los compromisos que el Perú ha asumido en la cumbre de los jefes de Estado y de gobiernos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizado en la ciudad de México hasta el 18 de septiembre del 2021, que en el punto 12 de los acuerdos, agradece la publicación por parte de la CEPAL del “Informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus” (Covid-19) y del “Plan integral de autosuficiencia sanitaria enfocado en el fortalecimiento de capacidades de producción y distribución de vacunas y medicamentos en la región”.
Seis son las líneas de acción que ha propuesto la CEPAL. La primera es crear los mecanismos para la convergencia y reconocimiento regulatorio, que implica para el Perú, fortalecer y reestructurar la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID), para que se acredite como organismo regulador de alta referencia sanitaria. La segunda es la creación de una Plataforma Regional y una red de ensayos clínicos. Este lineamiento, coincide con el aspecto resaltado por la nota de prensa del Minsa. Sin embargo, en este aspecto el Perú tiene serias dificultades, por tanto el Minsa deberá ofrecer un diagnóstico de la situación y, además, una hoja de ruta que tome en cuenta no solo la participación de los ciudadanos en el proceso de investigación científica, sino, por ejemplo, la compra previa y la asunción de riesgos médicos, sanitarios y financieros. Para tal fin, se requiere de una reingeniería del Instituto Nacional de Salud (INS), órgano rector de los ensayos clínicos, para alinear su visión y misión con su estructura organizacional y promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Igual suerte debería correr Digemid. El 2009 se realizaron 134 ensayos clínicos, mientras que el 2019, solo 42. Este retroceso implica, el retraso en la llegada a nuestro país de los medicamentos e insumos innovadores, la disminución o ausencia de capacitación de los profesionales en ciencia y tecnología y la escasez de equipos de la más alta tecnología.
También el Minsa debe evitar las demoras en aprobar la realización de ensayos clínicos, porque los patrocinadores de estos estudios, diseñan su realización en varios países al mismo tiempo, incluso, por necesidades de conocer la implicancia en la respuesta étnica. En ese sentido, a pesar de las ventajas del Perú, el retraso de esta autorización da paso a qué otros países logren participar y el Perú, quede fuera. Por ejemplo, es increíble, que las solicitudes de ensayos clínicos sean evaluadas en modo secuencial por el INS, por los Comités de Ética y Digemid, para luego retornar al INS. Cada secuencia tiene un plazo de meses, que sumados duran, en algunos casos, hasta 15 meses. Sin embargo, estas evaluaciones pueden hacerse en modo simultáneo o en paralelo para ahorrar tiempo. Además, falta delimitar las competencias de las autoridades que participan en las autorizaciones para que no se dupliquen ni se “atropellen”, como, por ejemplo, en el acceso real de los productos post estudio para los pacientes que participaron en el ensayo. Las demoras en la importación de esos productos perjudican a los pacientes que se beneficiaron durante el ensayo clínico. La experiencia del proceso abreviado normado por el DS 014-2020-SA para los ensayos clínicos relacionados al Covid-19, debería ser tomada en cuenta, y aprobar mecanismos similares o mejores para otras enfermedades, como las de “alto costo” o las huérfanas o raras, entre otras.
La tercera línea de acción propuesta por la CEPAL es la creación de un mecanismo de compra de vacunas a nivel de América Latina y el Caribe. Esta línea de acción también coincide con la nota de prensa. El Perú ya participa en el sistema Covax con la Organización Panamericana de Salud (OPS), además, ha logrado, según algunos funcionarios del propio Minsa un “sobre stock” de vacunas, por tanto, la implementación de esta línea de acción sería más útil para otros países que aún adolecen del abasto necesario. El gobierno debe fortalecer el proceso de vacunación contra el Covid-19, convencer a los renuentes, y avanzar en las comunidades nativas u originarias, alto andinas y dispersas. Asimismo, cautelar que las vacunas no se venzan.
La cuarta línea de acción es crear consorcios para la producción de vacunas, que es coincidente con el aspecto resaltado por la nota de prensa. Sin embargo, el fomento de esta inversión exige el diagnóstico previo de la real capacidad del país para producir vacunas, del costo efectividad de la propuesta, así como, del costo beneficio. La nota de prensa no se ha referido a la propiedad intelectual, ni a las compras públicas, abordados en la quinta y sexta línea de acción de la CEPAL. ¡Urge la publicidad del acuerdo!