Afecta la marcha institucional y los derechos fundamentales de los asegurados
El mensaje del presidente de la República ante el Congreso, el 28 de julio de 2022, omitió referirse a EsSalud. Los asegurados y la población en general han estado pendientes de las justificaciones del cambio de cuatro presidentes ejecutivos de EsSalud en menos de un año. Los relevos de Mario Carhuapoma, Gino Dávila, Alegre Fonseca y de nuevo Gino Davila demuestran el alto nivel de inestabilidad organizacional de una institución que brindó el 2019 más de 1.9 millones de consultas externas mensuales, que llegó a su nivel más bajo en febrero del 2021 con un poco más de 276,000 consultas, para luego recuperar progresivamente, según cifras oficiales de EsSalud, hasta 911,000 consultas en marzo del año 2022.
Es decir, recién la recuperación alcanzaba el 48% del promedio de las atenciones médicas del año 2019. Lo que, como es obvio, generó que las quejas de los usuarios sean recurrentes, que las listas de espera sean prolongadas y que las emergencias se aglomeren, debido a que es “la vía más rápida” para alcanzar una atención médica. Cerrar esa brecha, alcanzar por lo menos el nivel del año 2019, para luego progresivamente incrementar el número de consultas médicas a nivel nacional es el principal reto de EsSalud. No es tarea fácil. Sin embargo, debe apreciarse como hecho positivo que las cifras de consultas médicas han seguido un curso ascendente, más aún en los últimos meses, antes del último cambio de gestión.
Otro aspecto esencial para incrementar el número de consultas es cerrar la brecha de necesidades de médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud. En EsSalud laboraban en diciembre del 2021, según la “Información de recursos humanos en el sector salud, 2021” del Ministerio de Salud, 15,336 médicos y 15,930 enfermeras, de un universo global de 86,393 servidores. Sin embargo, según EsSalud, existía hasta abril del 2022, una brecha de 8,511 médicos, 6,412 enfermeras y 10,884 profesionales de diversas áreas de la salud. Por tanto, para paliar ese déficit, EsSalud convocó a un concurso de plazas, bajo la modalidad de Contrato Administrativo de Servicios (CAS), para 5,000 servidores adicionales. Cifra insuficiente si se tiene en cuenta,no solo la brecha de médicos y enfermeras, sino también la de otros profesionales, como los técnicos asistenciales de salud.
Asimismo, se promulgaron tres leyes, para contribuir a cerrar la brecha de necesidades de profesionales de la salud, por un lado, la Ley 31427 “que amplía temporalmente la excepción del desempeño de más de un empleo o cargo público remunerado del personal médico especialista o asistencial de salud debido a una emergencia sanitaria”, más conocida como “la ley de doble percepción”. Por otro lado, la Ley 31210, “que modifica el artículo 15 del Decreto Legislativo 559, Ley de trabajo médico” que extiende voluntariamente “el ejercicio de la carrera médica en entidades del Estado hasta los 75 años de edad”. Y por último, la Ley 31516 “que modifica el Decreto Legislativo 1154 que autoriza los servicios complementarios en salud para mejorar la cobertura en el sector público.” Sin embargo, a pesar de la enorme falta de médicos, sobre todo de especialistas, existe renuencia por parte de EsSalud para dar cumplimiento a estas normas.
EsSalud brinda no solo consultas médicas, sino también intervenciones médicas y sanitarias complejas, con largas filas de espera que en promedio bordean los 440 días (cirugías, transplantes, hemodiálisis, etc), y que en conjunto forman las prestaciones médicas o sanitarias. También brinda prestaciones económicas para cubrir los gastos de incapacidad temporal de trabajo, maternidad, lactancia y sepelio, que en el cuarto trimestre del 2021 ascendieron a más de S/ 617 millones. Las estimaciones para el año 2022, deberían ser a la baja; sin embargo, ya en el primer trimestre se han ejecutado más de S/ 183 millones. Asimismo, EsSalud brinda prestaciones sociales para las personas con discapacidad (CERPS y MBRP), adultos mayores (PAM), y niños, niñas y adolescentes (NNA). Las prestaciones sociales que oferta EsSalud tienen un extraordinario impacto en la salud de los asegurados, sobre todo en los grupos vulnerables. A pesar del costo-impacto, estas prestaciones no tienen prioridad y, por tanto, carecen de recursos.
Sin embargo, la brecha estimada por el “Plan estratégico de inversiones de EsSalud 2019-2035”, del Banco Mundial, asciende a más de S/ 28,281 millones para la cobertura de servicios, de categorización, rehabilitación y reemplazos en los establecimientos de los tres niveles de atención de salud. Es decir, implica un plan de inversiones sostenido, de corto y mediano plazo. En ese contexto, es necesario mantener la sostenibilidad financiera de EsSalud, cuyos ingresos proyectados para el 2022 bordean los S/ 13,017 millones. Por un lado, se debe cobrar las deudas que le tienen a EsSalud, que ascienden a S/ 5,271 millones, compuestas por un 62.8% del total de parte del sector privado; y lo que es el colmo, el resto del 37.2% que debe el sector público, sobre todo, de ese 85% de la deuda total que es exigible. Esta tarea, requiere decisión del presidente ejecutivo de EsSalud y respaldo político del gobierno.
Por otro lado, es necesario que se cumpla la Ley 26790, “de modernización de la Seguridad Social”, que señala que el “aporte de los trabajadores en actividad es del 9% de las remuneración o ingreso”. En ese sentido, es necesario que los servidores del régimen laboral 1057 (CAS), los servidores de Salud (DL 1153) y del magisterio (Ley 30002) cumplan con aportar el 9% de la remuneración o ingreso. Por último, el alza de precios y la pérdida del empleo formal ha afectado la economía de EsSalud, porque implica menor recaudación y mayores gastos.
Como se puede apreciar, los constantes cambios de funcionarios afectan a la marcha institucional y los derechos fundamentales de los asegurados. Incluso, debido a la magnitud económica de EsSalud, ponen en riesgo la economía nacional.