Aunque es la única vía para salir del aislamiento social obligatorio
El 26 de abril del 2020, en conferencia de prensa desde Palacio de Gobierno, ante una pregunta de la prensa sobre las acciones adicionales del Gobierno frente el colapso de los hospitales, el presidente de la República reiteró lo mismo que ha propuesto desde el inicio de la pandemia; es decir, fortalecer los hospitales con mas camas para hospitalización y para unidades de cuidados intensivos y además más ventiladores. El ministro de Salud acotó, en tono lacónico, que se apelará al Primer Nivel de Atención de salud para evitar la saturación de los hospitales. Esta frase demuestra la falta de sintonía con la realidad y, además, la creencia ciega en el enfoque hospitalario. Una vez más la ideología, la creencia, impide ver lo obvio e imposibilita la utilización del enfoque comunitario, que otorgaría nuevas herramientas para enfrentar la crisis.
Creer que los establecimientos de salud del primer nivel de atención solo son “anillos de contención” para evitar que los pacientes lleguen a los hospitales es trasladar el enfoque hospitalario a los centros de salud y puestos de salud. Es decir, convertirlos en pequeños hospitales para que resuelvan los problemas menores que aglomeran a los “verdaderos” hospitales. Esta equivocada creencia solo crea un embudo para atender a los enfermos, de tal manera que los leves y moderados se queden en “los pequeños hospitales” y sólo los más graves accedan a los hospitales.
La mirada del Gobierno obvia en modo negligente a los portadores sanos y a los enfermos leves, y en consecuencia pierde la oportunidad de romper la cadena de contagios y transmisión del virus. Además, ha reiterado que no es necesario el diagnóstico con pruebas de laboratorio para luchar contra la pandemia, como si la curación de los enfermos fuera la alternativa efectiva para enfrentar la pandemia. Como sabemos, para diagnosticar la enfermedad Covid-19, a estas alturas, ya no es necesario análisis de laboratorio, porque un buen examen clínico es suficiente. Eso sí, para el seguimiento y curación de la enfermedad se requiere también otros tipos de análisis.
Sin embargo, no se trata solo de tratamientos individuales que, como es natural, son la esencia del enfoque hospitalario, sino de medidas masivas de salud pública para enfrentar la pandemia, a través de medidas de promoción de la salud y estilos de vida saludables, la prevención de los contagios y la detección precoz. La búsqueda activa del virus con enfoque de riesgo y con mecanismos como la sectorización (por territorio y población), la geolocalización y la georreferenciación permiten romper la cadena de transmisión de la pandemia. En el enfoque comunitario los análisis de laboratorio son necesarios e imprescindibles.
Es necesario comprender que cuando la enfermedad recién se inicia no da síntomas y el diagnóstico es difícil; pero cuando avanza y presenta síntomas, el diagnóstico es más fácil, pero deja secuelas tanto individuales como sociales. Es decir, es necesario atender a los sanos para ubicar a los portadores, con enfoque de riesgo y realizar la detección precoz que evite el contagio. Contrariamente a lo que cree el Gobierno, el foco de atención debe ser la comunidad y la masificación de los análisis de laboratorio. El enfoque comunitario implica disminuir el número de enfermos. El enfoque hospitalario busca recuperarlos y curarlos con éxito. Esta es la disyuntiva de las políticas de gobierno, entre la imagen objetivo de un país que no se enferma o la de país que se enferma, pero se cura bien. Dada la pobreza de nuestro sistema de salud, no hacemos bien lo primero ni lo segundo.
El 24 de abril del 2020 la Dirección General de Intervenciones Estratégicas en Salud Pública (Digiesp) del Ministerio de Salud ha remitido el Oficio Circular 282 a los directores generales de las direcciones de Redes Integradas de Salud (Diris) de Lima Metropolitana, a las gerencias y directores gerencias regionales de salud, que tienen bajo su administración a todos los establecimientos de salud del Primer Nivel de Atención –es decir, a los centros y puestos de salud a nivel nacional– con la finalidad de reactivar la red de establecimientos del primer nivel de atención de salud y su articulación con los hospitales. Además de “ampliar o recuperar su capacidad resolutiva y proceder activamente en la identificación de casos sospechosos, aplicar pruebas para confirmar, aislar y dar seguimiento a los positivos y contactos”, así como realizar visitas a los albergues y residencias donde encuentren niños y adolescentes y adultos mayores.
Parece increíble que recién 44 días después de la presentación del primer caso de Covid-19 por parte del presidente de la República, y luego de haberse declarado la alerta roja, el Gobierno ordene la reactivación y recuperación de la red de establecimientos del Primer Nivel de Atención; es decir, de los 8,000 centros y puestos de salud que existen a nivel nacional. El tiempo restante hasta el 10 de mayo parece ser insuficiente para reactivar y recuperar el Primer Nivel de Atención de Salud e implementar el enfoque comunitario, que es la única vía para salir del aislamiento social obligatorio en modo progresivo, de acuerdo a la gestión de riesgos. Urge un plan financiado para reactivar y recuperar el Primer Nivel de Atención de Salud.