La exposición de la premier y la salud


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Presentación del gabinete ministerial ante el Congreso

La exposición de la primera ministra, “Recuperemos la confianza y la esperanza”, ante el Congreso de la República, realizada el 3 de diciembre del 2020, en cumplimiento del mandato constitucional para “exponer y debatir la política general del Gobierno y las principales medidas que requiere su gestión”, ha obtenido la cuestión de confianza (con 111 votos a favor de 130) en una breve sesión del pleno del Congreso de la República. 

La presentación del gabinete se ha realizado en momentos en que el Gobierno evidencia fragilidad, debido a sus propias indecisiones frente al modelo constitucional del país. El discurso ha sido general, sin cifras, sin lineamientos claros ni metas. Se ha enfocado en cinco temas, sin entrar en el detalle ni en la esencia de cada uno. Llama la atención la etiqueta de su periodo como de “transición y de emergencia”, que dista de la realidad, porque no es de transición, sino un gobierno interino complementario. Y por otra parte, otorga un componente de cambio de régimen político con la palabra emergencia, cuando en realidad, ha ocurrido una emergencia sanitaria y crisis económica derivada, que se resuelven en el marco de la Constitución Política y del sistema democrático. 

La premier ha garantizado “elecciones democráticas, libres y limpias” mediante la neutralidad del sector público, sin mostrar pruebas de desvinculación con el partido de Gobierno. Además, ha resaltado que la transferencia con el próximo Gobierno permitirá un “inicio de gestión” bien informado, con reportes de gestión “que den cuenta de los avances y desafíos” de cada sector. Se ha referido a la reactivación económica, sin poner en riesgo a la salud, que aún se mantiene en cifras negativas. El compromiso de mantener la “responsabilidad en la política económica” y el reconocimiento que “la inversión privada será un motor fundamental” para la reactivación económica, no basta, porque se requiere un plan de trabajo financiado, con mecanismos de articulación sectorial e intersectorial que promueva la inversión pública y privada.

El turismo y la agroindustria han merecido una mención especial. En el primero, se ha referido a fortalecer el turismo interno y en la segunda, a la derogatoria del régimen laboral aplicado a los trabajadores agrarios de la Ley N° 27360. La reestructuración del Fondo de Reactivación Agraria, para flexibilizar los créditos a los agricultores con “un rol más activo” de AgroBanco, en alianza con el Banco de la Nación y el Banco Agrario. Es necesario conocer el detalle de la reestructuración, las cifras y el presupuesto. 

Las referencias a la pandemia han sido muy generales. Ha dado testimonio del sacrificio del personal médico, enfermería y técnicos. Sin embargo, ha dejado de lado a los otros profesionales de la salud que, como sabemos, son 17 profesiones que luchan contra la pandemia. No se ha referido, como sí lo ha hecho con la Policía Nacional, al número de fallecidos del sector de salud, que ha tenido el mayor número de víctimas. Ha omitido referirse a las demandas laborales y al incumplimiento de las actas y acuerdos laborales del sector Salud. Por ejemplo, pende de resolver la demanda de inconstitucionalidad de la Ley 31039 y los reclamos por los despidos de los contratados CAS-Covid, debido a la brecha de necesidades de profesionales y trabajadores de salud. 

En la lucha contra la pandemia ha excluido un cambio de estrategia. Ha soslayado el rol del enfoque comunitario, la relación entre el Primer Nivel de Atención y la comunidad. Se ha referido al espacio web: “No bajemos la guardia”, la plataforma de Telesalud y la salud mental, que ya se realizan pero que no reemplazan el fortalecimiento de los servicios de salud, que son tangibles y requieren de seres humanos que los hagan funcionar. Además, ha planteado el funcionamiento del Consejo Nacional y los Consejos Regionales de Salud. Sin embargo, es necesario que el Gobierno tome en cuenta que el Comando de Operaciones Covid-19 asestó un duro golpe a la articulación sectorial y Estado-sociedad, así como, al Sistema Nacional de Salud. Además, mediante el Decreto Legislativo 1504-2020, se le ha debilitado, e incluso, el Consejo Nacional de Salud, ha perdido el rumbo estratégico. 

Se ha hecho referencia a la vacunación contra el Covid-19, que ha señalado “como un desafío sin precedente, especialmente para nuestro país, con sus limitaciones logísticas”. En ese sentido ha asegurado que se encuentran abocados a “la elaboración de un plan estratégico de distribución para poner al alcance de toda la población las vacunas a lo largo del 2021”. Sin embargo, ha soslayado, la estrategia nacional de inmunizaciones que tiene a su cargo las 17 vacunas para prevenir 26 enfermedades que, como sabemos, tienen muy baja cobertura. Ha perdido la oportunidad de plantear la reactivación de las estrategias sanitarias para lograr los objetivos y las metas sectoriales en salud. 

Una atingencia ha merecido la “Estrategia hambre cero”; sin embargo, no ha dado cifras, metas, ni presupuesto. Solo se ha referido a mecanismos de producción, compra, articulación, con la participación del Foro del Acuerdo Nacional y de las iniciativas privadas para el suministro de alimentos. A modo de glosa al pie, debemos señalar que el Foro del Acuerdo Nacional no tiene vinculación administrativa ni de gestión con las acciones del Gobierno. ¡Es necesario escuchar, corregir y trabajar!

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