A propósito de la publicación del “Estudio Económico de Perú”
El 10 de junio de 2022 el Consejo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que está compuesto por 38 estados, “adoptó a nivel ministerial la Hoja de Ruta para el proceso de adhesión de Perú, que establece los términos y condiciones”. La OCDE es conocida popularmente como “el club de los países ricos” y su misión es intercambiar información y armonizar las políticas para obtener mejores resultados para sus ciudadanos. Según la Hoja de Ruta aprobada, ”24 comités de la OCDE, compuestos por expertos responsables de la formulación de políticas de cada uno de los 38 miembros, llevarán a cabo una evaluación en profundidad de la legislación, las políticas y las prácticas del Perú en relación con los instrumentos jurídicos de la OCDE que abarcan múltiples ámbitos de la política gubernamental, incluida la política económica, el mercado laboral, la política social, la educación y la salud”. En ese sentido, el 11 de julio del 2023 se debatió el Estudio Económico de Perú, en una reunión del Comité de Revisión Económica y Desarrollo que, con un corte al 14 de setiembre del 2023, se ha publicado como un primer estudio. El texto publicado contiene un resumen ejecutivo y tres capítulos, el primero sobre las perspectivas de política clave, el segundo con relación al crecimiento a largo plazo, y el tercero denominado “Todos juntos: por un crecimiento más inclusivo en el Perú”. Asimismo, contiene abundantes cuadros, gráficos y recuadros.
Con relación a la salud y a la seguridad social, se han abordado el tema que se refiere a “lograr protección social universal reduciendo los incentivos a la informalidad». Como resumen de este tema, señala que en el Perú “la protección social está fragmentada y adolece de escasa financiación y cobertura,” aunque también señala que “Perú tiene un sistema de protección social bien establecido, pero son muchos los retos que afronta, como la fragmentación, la escasa financiación y la baja cobertura, además del hecho de que su diseño incentiva la informalidad». Pasa revista a “los programas de salud, pensiones y alivio a la pobreza” y resalta que “Perú no tiene seguro de desempleo”.
La generalidad en la redacción de este primer Estudio Económico del Perú esconde algunos aspectos importantes y peculiaridades especiales útiles para describir y analizar la realidad nacional, que se espera que sean corregidos en los próximos estudios. Por ejemplo, no se matiza las diferencias entre los conceptos y principios, como cobertura, integralidad y universalidad que utiliza EsSalud, como, institución de la Seguridad Social, frente a los mismos conceptos y principios, aunque con contenidos y definiciones distintas, que utiliza el Seguro integral de Salud (SIS), como fondo de alivio a la pobreza y el aseguramiento mercantilista. Tampoco, se ha pasado revista a los componentes de seguridad social de las sanidades militares y de la sanidad policial. En ese sentido, carece de veracidad la afirmación “el resultado de esta configuración es una segmentación de la mano de obra en dos categorías: trabajadores formales amparados por prestaciones contributivas y normativas de protección del empleo y trabajadores informales beneficiarios de programas de asistencia social no contributiva en casos de pobres. La elevada informalidad hace que las prestaciones de protección social no contributivas sean necesarias. Estas prestaciones proporcionan una ayuda vital a los más vulnerables, pero se sustenta en el sector informal y perpetúa la fragmentación del sistema de protección social «.
Un primer aspecto es que no es comparable, los beneficios y derechos de los afiliados a la Seguridad Social (EsSalud) frente a los que otorga el Seguro Integral de Salud (SIS) o incluso los seguros privados, debido a que mientras en EsSalud se afilia a las personas en su integralidad y como sujetos activos de derechos, a quienes se les brinda cobertura universal e integral incluso a sus familiares (derechohabientes) con prestaciones sanitarias, económicas y sociales, en el Seguro integral de Salud, eso no ocurre. Por un lado, solo se brinda atención para “los daños y condiciones asegurables” de las personas, pero, además, solo para aquellos que se encuentran en un listado, sea en el denominado Plan Esencial, o en el Plan Complementario o en el Plan de Alto Costo. En teoría, todos tendrían “cubierto el Plan Esencial,” aunque ni eso es cierto, por la falta de oferta de servicios y financiamiento para cubrir la enorme demanda.
Por otro lado, el SIS, al no ser una institución de seguridad social, no brinda prestaciones económicas ni sociales, aunque, debido a la presión social, ha empezado, a subsidiar determinados aspectos, como sepelio y otros. En consecuencia, tampoco es veraz, la conclusión que al existir un “sistema sanitario no contributivo” se favorece la informalidad, porque las diferencias entre el contributivo ligado a la planilla del trabajador (EsSalud), es superior en beneficios que el que reciben los ciudadanos “como sistema subsidiado” (SIS). Al contrario, el favorecimiento de la informalidad se encuentra en el componente económico y de costos laborales que se expresan en mayores o menores afiliaciones a EsSalud. También, genera confusión la palabra “sistema sanitario semisubsidiado” para referirse a algunos aportes que realizan los afiliados al Seguro Integral de Salud por parte de personas que viven en la informalidad. El escaso número de afiliados demuestra que no es una propuesta atractiva para los informales.
El Estudio Económico del Perú, realizado por el Comité de Revisión Económica y Desarrollo de la OCDE, también resalta el escaso financiamiento público para la protección social y la salud. Por un lado, señala que “el bajo gasto social en comparación con las economías desarrolladas y otros países latinoamericanos equiparables es otro de los principales factores que explican los grandes déficits de cobertura en materia de protección social «. Por otro lado, resalta que “el gasto público en salud aumentó hasta el 3.3% del producto bruto interno (PBI) en el 2019, dicho gasto no ha seguido el ritmo de expansión de la cobertura”. Este deficiente gasto público en salud implica un elevado gasto de bolsillo de los ciudadanos que equivale al 30% del gasto sanitario total. Como se puede apreciar, el Estudio Económico del Perú, representa una ligera y primera mirada, guiada, según la bibliografía que aporta, por los “funcionarios” que condujeron o contribuyeron a la reforma de salud del periodo del expresidente Humala. ¡Mayor diversidad de estudios y mejores propuestas!