Falta de médicos e internado médico


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La complejidad de los estudios de medicina humana

El 26 de junio del 2022 el Colegio Médico del Perú ha emitido un comunicado preocupante con relación al internado médico, que es como se denomina a las prácticas preprofesionales que realizan los estudiantes de medicina humana y que corresponde al último año de su formación. Señala el comunicado que es una etapa fundamental en la formación del médico y que su adecuada realización es una garantía para la atención médica futura. Es una etapa fundamental porque es la aplicación práctica, bajo supervisión de tutores, de los conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera. Es una práctica en servicio, que involucra tres aspectos esenciales: hospitales o servicios docentes acreditados, tutores médicos especialistas en las áreas en que rotan los estudiantes, y los pacientes que acuden a la atención médica. Estos tres aspectos configuran aquello que se denomina campo clínico. 

La denominación de internado médico, implica que estas prácticas preprofesionales son complejas y peculiares, cuyos horarios para el aprendizaje en servicio es a veces no programado, porque dependen de la afluencia de los pacientes. La mayoría de las veces los estudiantes permanecen largos periodos, al margen de jornadas laborales, dentro de los establecimientos de salud.

La complejidad radica en que cada caso clínico debe ser abordado bajo el método científico y con el uso de tecnologías apropiadas para cada caso en particular. La peculiaridad es que las decisiones que toman bajo tutoría, requieren abundante información, y el uso de habilidades especiales para realizar intervenciones y procedimientos a veces riesgosos. El internado médico en el Perú siempre ha sido “tutelado” por el Estado, debido a la escasez de “vocaciones” y, por tanto, para cerrar la histórica brecha de falta de médicos. 

En ese sentido, el Decreto Legislativo 1401, promulgado el año 2018, que aprueba el régimen especial que regula las modalidades formativas (práctica preprofesionales) para todas las profesiones estableció que, debido a la naturaleza peculiar de los servicios de salud, estas prácticas preprofesionales deben ser tratadas en una norma especial. Aunque parezca increíble, en el Perú aún no existe norma alguna que regule esta modalidad formativa, a pesar de la escasez de médicos.

Por otro lado, existe incomprensión de la peculiaridad y la complejidad de los estudios de medicina humana. Por tanto, algunos funcionarios no médicos del gobierno, pretenden dar normas generales que involucren a todos los estudiantes de otras profesiones del área de la salud, como si sus misiones, sus características y la duración de los estudios fueran idénticos. Es obvio que también debe existir una legislación especial para las prácticas preprofesionales para los estudiantes de las otras áreas de la ciencias de la salud, según sus propias características.

Sin embargo, la diferente formación profesional, tanto en el número de años como en la complejidad de los estudios, amerita un trato diferenciado para los internos de medicina. En ese sentido, es un error descalificar como discriminatoria una norma que aborda solo la problemática de los internos de medicina, que tiene características peculiares, complejas y con gran escasez de vocaciones y egresados. Más aún ahora, que son más mujeres que varones los que estudian medicina. 

En la modalidad de prácticas preprofesionales en medicina humana o internado médico los practicantes reciben un estipendio por parte del Ministerio de Salud, debido a que las vocaciones para esta profesión son muy escasas, y existe déficit de médicos y de médicos especialistas. En ese sentido, el Estado, con muy buen criterio, promueve y estimula los estudios en medicina humana para cerrar la brecha de necesidades.

Sin embargo, igualar los “beneficios adquiridos” por una profesión que tiene mayor responsabilidad y complejidad en el trabajo y en años  de estudio –que es escasa, y en la que existe un déficit de profesionales–, con los beneficios de otras profesiones, cuyo número de egresados es abundante, con menor complejidad y años de estudio, es un despropósito. Por un lado, desmotiva a los jóvenes para escoger la carrera de medicina humana y por tanto, se reducen las vocaciones; y por otro, aumenta la motivación y aumentan las vocaciones en las otras profesiones de la salud.

Esta intervención, fomentará la ausencia de médicos, con grave perjuicio para la población. Eso ha ocurrido en el pasado con “otros beneficios” que tenían los médicos  en las zonas rurales y pobres del país. Por ejemplo, la “casa del médico” al lado de la posta, los horarios especiales, los incentivos económicos, entre otros. Los demás profesionales y trabajadores exigían los mismos beneficios. El resultado ha sido que ahora se han retirado “esos beneficios” para todos y, como consecuencia, tampoco hay médicos en esas zonas. 

Más grave aún es que por igualar “los beneficios y responsabilidades” de los estudiantes de las ciencias de la salud con los de la profesión médica, se tenga como resultado la flexibilización académica, disminución de estándares y, por tanto, se deteriore la formación médica y cada día haya menos médicos. La rotura de la meritocracia y del sacrificio de los jóvenes para lograr metas y diferenciarse –según sus deseos, preferencias, vocaciones y aptitudes, entre otros aspectos– resulta contraproducente para el desarrollo personal, para el cuidado y la atención de la salud de la población y para el desarrollo científico y tecnológico en general. 

En ese sentido, es inexplicable que EsSalud, desde hace tres años, según el Colegio Médico del Perú, haya suspendido la realización del internado médico en sus instalaciones; a pesar de que se queja que cada vez que realiza convocatorias de plazas de médicos, algunas se quedan desiertas. También es inexplicable que el Minsa no se esfuerce en mantener las rotaciones en especialidades como medicina interna, pediatría, cirugía y gíneco-obstetricia, entre otras; y que el Congreso de la República aún no cumpla con legislar. ¡Urge proteger la formación médica!

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