Enfoque Una Salud y resistencia a los antimicrobianos


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Cinco acciones recomendadas por la OMS

Entre el 18 y el 24 de noviembre del 2023 se realiza la semana mundial de concienciación sobre la resistencia a los antimicrobianos, con el lema “prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos». Esta semana ha sido establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente  (PNUMA) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) debido a que, según la OMS, “la resistencia a los antimicrobianos es una amenaza para los seres humanos, los animales, las plantas y el medio ambiente. Nos afecta a todos». Asimismo, señala que “para encarar la resistencia a los antimicrobianos es esencial implementar intervenciones multisectoriales utilizando el enfoque de Una Salud. 

Este planteamiento holístico reconoce que la salud humana, la sanidad de los animales domésticos y silvestres, de las plantas y de un entorno más amplio incluyendo los ecosistemas, están estrechamente vinculadas y son interdependientes». En ese contexto, se reconoce que “el uso incorrecto o excesivo de antimicrobianos constituye el factor principal de la resistencia a los antimicrobianos que se da en múltiples sectores…. y se necesita un acercamiento multisectorial y de la sociedad en su conjunto para encarar eficazmente este problema mundial».

La OMS señala que el uso de los antimicrobianos debe ser “prudente y apropiado”, así como también,es necesario que se apliquen “medidas preventivas para disminuir la incidencia de las infecciones”. Para tal fin, la OMS recomienda cinco acciones. La primera es el reforzamiento de la prevención y control de las infecciones hospitalarias, las explotaciones agrícolas y en las instalaciones de la industria alimentaria. En ese sentido, es necesario fiscalizar el cumplimiento de la higiene de manos, la adecuada esterilización de equipos e insumos, así como, del vestuario de los pacientes, de los equipos de protección personal y las adecuadas medidas de bioseguridad. También evitar los accidentes con elementos punzocortantes, el cuidado de la ropa usada y de los desechos hospitalarios.  

Tampoco se puede pasar por alto la vigilancia epidemiológica para la detección y el control de las infecciones intrahospitalarias. Se han promulgado normas técnicas para fortalecer la bioseguridad hospitalaria, sin embargo, aún persisten prácticas ineficaces y riesgosas o que se realizan a pesar de no existir evidencia científica, como el uso de los antibióticos en forma “profiláctica” en las cirugías por tiempos prolongados. Por otro lado, es necesario poner énfasis en los riesgos con el uso de antimicrobianos en la agricultura, así como, en la crianza de animales como vacunos, ovinos, cerdos, pollos, pavos, etc. También, en el uso para higiene y para desinfectar herramientas, materiales y equipos. 

Por último, hay que tomar en cuenta que las enfermedades más frecuentes transmitidas por alimentos son las intoxicaciones alimentarias producidas por contaminación con bacterias, virus, parásitos o toxinas. Asimismo, son frecuentes en el país, la salmonelosis y la campilobacteriosis, ambas bacterias transmitidas por alimentos. En ese contexto, fiscalizar el cumplimiento de los protocolos de limpieza y desinfección, así como, de las buenas prácticas de manipulación de alimentos para evitar la contaminación directa y la cruzada. Estos ejemplos, bastan para comprender la magnitud del problema, debido a que la supervisión y el cumplimiento de las medidas para evitar las infecciones y el uso irracional de antimicrobianos, involucra a varios sectores. La coordinación y la articulación multisectorial y social es imprescindible. 

La segunda es garantizar el acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene, así como, las vacunas. En este rubro, aún existe una agenda pendiente para lograr “agua para todos”. Según el INEI, solo el 76.3% de la zona rural tiene acceso a agua para consumo “proveniente de la red pública, ya sea dentro de la vivienda, fuera de la vivienda, dentro del edificio o pilón de uso público». Solo el 53.7% de la población consumió agua proveniente de la red pública con algún nivel de cloro (adecuado o inadecuado). Por otro lado, según INEI, el 25.1% de la población reside en viviendas que no poseen alcantarillado por red pública y 13,2 % eliminan excretas a través de pozos ciegos o sépticos”, entre otros. Con relación a la vacunación, el país se encuentra en franco proceso de recuperación en sus coberturas. Por ejemplo, en la vacunación regular a menores de un año alcanzó en junio del 2023, el 76.5% y en la de menores de tresaños alcanzó el 61.9%. 

La tercera es minimizar la contaminación y garantizar la buena gestión de los residuos y las condiciones de saneamiento. Esta recomendación de la OMS para la Semana Mundial de Concienciación sobre la Resistencia a los Antimicrobianos es muy compleja para la realidad peruana.  Por un lado, el Perú genera casi 8.5 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo un poco más del 61% tienen como destino final un relleno sanitario y el resto es llevado a botaderos.  Según el diagnóstico del Ministerio del Ambiente, citado por el diario Gestión, “no se ha estimado la necesidad de contar con infraestructura de tratamiento de residuos sólidos municipales; siendo una prioridad las infraestructuras de valorización y disposición final de los residuos sólidos municipales». Esta falencia, se da a pesar de que se encuentra vigente el Decreto Legislativo 1278, “Ley de gestión integral de residuos sólidos” que tiene por objeto “asegurar una gestión y manejo de los residuos sólidos económica, sanitaria y ambientalmente adecuada». Es una tarea pendiente, quizá de mediano y largo plazo. 

La cuarta acción es asegurar el acceso a cuidado de salud de calidad para todos. Esta acción o recomendación también es de mediano y largo plazo. Aún existe déficit en la cobertura de salud, por falencias en la oferta de servicios de salud para los ciudadanos, sobre todo, para las poblaciones altoandinas, comunidades dispersas y amazónicas. Además, persiste la fragmentación y segmentación del Sistema Nacional de Salud, que impide lograr una respuesta unitaria, uniforme y proporcional para toda la población peruana. El Foro del Acuerdo Nacional en los “Consensos por el Perú”, ha logrado definir el Sistema Unificado de Salud, que permita el acceso universal a la salud y a la seguridad social, así como, la conformación de Redes Integradas de Salud con el fortalecimiento del primer nivel de salud. Sin embargo, la tarea recién empieza. 

Por último, la OMS, en su quinta acción, señala la importancia del asesoramiento de expertos durante la producción ganadera, alimentaria y agrícola con la finalidad de lograr cambios progresivos e incrementales, para evitar la resistencia a los antimicrobianos. “Cuidado, la resistencia a los antimicrobianos, es un viaje sin retorno».

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