El presidente y el fiasco laboral humalista en salud


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Hace falta una nueva Ley de Carrera Médica

En marzo del 1990 se promulgó el Decreto Legislativo N° 559, Ley de Trabajo Médico. Hasta entonces, la profesión médica estaba incluida en la Ley N° 23536, de profesionales de la salud, junto con las demás profesiones (17 grupos profesionales, como enfermería, obstetricia, farmacia, y otros). Existía una pirámide laboral muy rígida heredada del velasquismo. Los médicos tenían atadas sus remuneraciones a la pirámide, de modo que cualquier incremento o bonificación debería realizarse para todas las profesiones. Además, tenían casi el mismo monto remunerativo que los otros profesionales de la salud. En algunos casos, el médico que recién iniciaba su vida profesional ganaba menos que un profesional de la salud de más años de servicio. 

La pirámide laboral eludía las diferencias, peculiaridades y la escasez de médicos, sobre todo de especialistas, frente a otros grupos ocupacionales con menos años de formación profesional y mas abundantes. El “igualitarismo” obedecía a criterios ideológicos y no a las funciones ni a la responsabilidad frente a los actos médicos. La demanda de médicos superaba la oferta; sin embargo, no existía mecanismo legal para superar esa escasez. 

En esa circunstancia, en el año 1990 se promulgó el Decreto Legislativo N° 559, que excluyó a la profesión médica de la Ley N° 23536, de profesionales de la salud, y sirvió para que el nuevo gobierno, en los graves momentos del ajuste estructural, incremente los niveles remunerativos de los médicos en modo significativo. Se crearon nuevas plazas de médicos, se fortalecieron los establecimientos de salud, sobre todo en los lugares más alejados del país, pero a cargo de médicos. Las profesiones que se quedaron en la ley de profesionales de la salud también recibieron incrementos progresivos, aunque dentro de la estructura piramidal, con las deficiencias ya señaladas. Sin embargo, también en dicho periodo se abusó de la informalidad laboral, de “contratos precarios” y otros aspectos de desregulación laboral. 

Los gobiernos, luego del año 2000, en modo progresivo resolvieron la informalidad laboral, el nombramiento y el cumplimiento de las obligaciones laborales. Sin embargo, a partir de la promulgación del Decreto Legislativo N° 1153, de setiembre del 2013, durante el gobierno humalista, se ha vuelto a la pirámide velasquista. Otra vez se ha retomado la ideología “igualitaria” y ajena a la oferta y la demanda. Se ha cerrado la carrera médica, se ha eliminado la meritocracia. Además, se ha incluido no solo a todos los profesionales sino también a los técnicos y auxiliares. Es decir, una pirámide más amplia y rigurosa que la velasquista. Las bonificaciones son universales para todos los profesionales y los demás servidores. Lejos de ser estímulos, son ahora rémoras que desmotivan. 

Por ejemplo, el Decreto Legislativo N° 1153, como premio al desempeño solo tiene un bono, por única vez al año, que equivale al 65% del monto de una remuneración mensual total. El bono de desempeño es universal para todos los servidores de la salud. Sin embargo, la evaluación del desempeño de los convenios de gestión, a agosto 2019, en las cuatro Direcciones de Redes Integradas de Salud (Diris) que existe en Lima Metropolitana, indica un cumplimiento que bordea solo el 30%. Los funcionarios del Ministerio de Salud traspasan su responsabilidad sobre las espaldas de la profesión médica. Y es escaso el tiempo que queda en el presente año para revertir los malos indicadores, para cumplir no solo con los pacientes y usuarios, sino también con el pago del bono de desempeño. 

Ahora, ¿cuál es el conflicto? El cierre de brechas. ¿Eso qué significa? Que todos los profesionales de la salud pugnan por tener una remuneración del 80% de la del médico cirujano. Así de simple. En ese sentido, el esfuerzo del gobierno del presidente Vizcarra, según el Proyecto de Ley N° 04674/2019-PE del 12 de agosto, tiene por objetivo “cumplir el cierre de brechas”; lo que implica que al médico del nivel de inicio (nivel 1) se le otorgue un incremento de S/ 323 y para el profesional de la salud del nivel 1 el incremento sería de S/ 413. Y si se comparara con el profesional de la salud del nivel 5, el incremento ascendería a S/ 596. Es decir, casi el doble de lo que se aumentará al médico nivel 1. El igualitarismo que subyace en la propuesta es evidente. El gran esfuerzo para salir de la estructura piramidal velasquista ha sido en vano. 

El Proyecto de Ley N° 04674/2019-PE deberá ser debatido y aprobado en el Congreso de la República con carácter de prioridad, al amparo del articulo 105 de la Constitución Política. Sin embargo, no será solo un debate de cifras, sino también un debate ideológico. El parlamento debe revertir el fiasco de la reforma laboral humalista en el sector salud. Hace falta crear una nueva Ley de Carrera Médica en base a la formación profesional, el desempeño y la meritocracia, en el contexto de la oferta y la demanda de médicos generales y especialistas. La exclusión de la profesión médica del Decreto Legislativo N° 1153, promulgado por el humalismo, es imprescindible.

Por Herberth Cuba

 

Publicado en: El montonero

One thought on “El presidente y el fiasco laboral humalista en salud

  1. Desgraciadamente, con desmedro de los estupendos médicos que aún existen, la carrera médica ha quedado absolutamente desprestigiada debido a que muchos médicos ejercen funciones en el Estado y aprovechándose de su edad desertaron de las diversas unidades de salud propiciando que se encargue la atención a médicos noveles, novatos, con contratos esporádicos, los cuales han fallado en el servicio y hasta han fallecidos varios. De nada sirve la existencia de un médico cuando sus funciones no llegan en la emergencia y hay muchos que laborando en clínicas han sido copartícipes de los tremendos negociados dejando en la quiebra a muchos de sus pacientes. Muchos médicos, solo piensan en dinero, mas no en perfeccionarse, ni siquiera hacen el esfuerzo de reconocer su ineficacia ante estos momentos en que el país atraviesa un estado de emergencia. En todo caso, si se sienten mal pagados por el Estado, que lo abandonen y establezcan sus propios consultorios, a ver si no se mueren de hambre por la carencia de pacientes. Dan vergüenza.

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