En Perú se ha presentado un leve incremento de casos focalizados
El 6 de mayo de 2023 la Organización Mundial de la Salud declaró el fin de la emergencia de salud pública de importancia internacional. Asimismo, advirtió “que esto no significa que la covid-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial. El virus ha llegado para quedarse y los países deben integrar las actividades de vigilancia y respuesta a la covid-19 en los programas de salud regulares”. En ese sentido la OMS ha realizado algunas recomendaciones para conservar la capacidad de respuesta sanitaria ganada durante la pandemia y prepararse para eventos similares futuros. Las líneas de acción están en relación, en primer lugar, con la integración de la vigilancia de los agentes respiratorios patógenos y la continuación de la notificación de los datos, incluso a la OMS. Además, recomienda continuar trabajando con las comunidades, con programas pertinentes de comunicación de riesgos y con amplia participación social.
En segundo lugar, ha recomendado que se integre la vacunación contra la covid-19 en el Esquema Nacional de Vacunación Regular, por curso de vida y realizar esfuerzos por aumentar las coberturas, sobre todo para las personas, con alta prioridad o con comorbilidades. Asimismo, que las autoridades sanitarias, el Ministerio de Salud (Minsa) en el caso del Perú, se prepare “para que se autoricen las vacunas, los medios de diagnóstico y los tratamientos dentro de los marcos regulatorios nacionales, con el objeto de garantizar la disponibilidad y el suministro a largo plazo”.Esta recomendación parece baladí, pero no lo es, debido a que las compras o importaciones de las vacunas, los medios diagnóstico y los tratamientos se realizaron con “leyes especiales” promulgadas durante la emergencia sanitaria, que facilitaron la importación y uso, aún con la fase III de los ensayos clínicos, con registros sanitarios condicionados (RSC) hasta que finalice la pandemia, sujeto a la recepción por parte de la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid) de información científica relevante otorgada por parte de los fabricantes o de los organismos reguladores de países con alta vigilancia sanitaria. En ese contexto, al haber concluido la pandemia y la emergencia sanitaria declarada por la OMS y por el gobierno, es necesario encontrar los mecanismos legales para que el suministro de vacunas, medios de diagnóstico y tratamientos, aún en fase III de ensayos clínicos, no se detenga, más aún, cuando se requiere una continua innovación para que conserven su eficacia frente a las nuevas variantes del virus.
En tercer lugar, con relación a la infodemia, que, según la OMS, es “la sobreabundancia de contenidos informativos, algunos veraces y otros no, que dificultan a las personas encontrar fuentes fiables y de indicaciones confiables cuando las necesitan”. La infodemia fue un obstáculo muy serio durante la pandemia, sin embargo, el asunto no ha amainado. Al contrario, ahora se ha sofisticado, porque los que promueven informaciones falsas, simulan métodos o evidencias científicas. Por ejemplo, a pesar de encontrarse el mundo en fase de endemia, algunos “estudiosos” señalaron que “el Perú se encontraba en una sexta ola de la covid-19, como si el mundo estuviese en plena pandemia”.En ese contexto, este tipo de infodemia ha sido combatida con la verificación rigurosa de datos y con la “revisión de pares”, es decir, con investigadores que “reproducen” los supuestos estudios científicos, para demostrar su falacia o su nula evidencia científica. También es útil que los funcionarios a cargo de la autoridad sanitaria deslinden con evidencia científica, a las presiones de algunos proveedores “que podrían distorsionar la realidad o los estudios científicos por convenir a sus intereses.” Para tal fin, se debe garantizar la información oportuna y veraz.
La oportunidad de la información es quizá el aspecto más importante para combatir la infodemia, porque si en el momento en que la población requiere información, los canales oficiales o científicos, no la ofrecen, entonces, consumen la información que tienen a mano o que es de fácil disponibilidad, que la mayoría de las veces, es falaz o incorrecta. La endemia de la Covid-19, exige, aún para el largo plazo, campañas masivas de comunicación adecuadas, con pertinencia cultural y fundadas en la ciencia.
La OMS, recomienda que las capacidades de respuesta del Minsa se adecuen a la nueva fase de endemia. Es decir, pasar de enfrentar la pandemia a enfrentar una endemia. Con ese fin, ha sido promulgada la Resolución Ministerial 022-2024/Minsa, que aprueba la nueva directiva “que establece disposiciones para la vigilancia, prevención y control de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición a SARS-CoV-2.” Cómo justificación señala “que el país se encuentra en una fase endémica de la covid-19, habiéndose presentado un leve incremento de casos focalizados, relacionados con la aparición de nuevos sublinajes de la variante ómicron”. Además, señala que la “actualización normativa se realiza debido al contexto epidemiológico actual, puesto que la covid-19 ya no constituye una emergencia de salud pública internacional.”
La polémica, luego de la promulgación de la resolución ministerial que aprobó la nueva directiva, se ha enfocado en la pérdida del otorgamiento automático del descanso médico o del aislamiento del trabajador al obtener una prueba de covid-19 positiva, indiferente de la situación clínica del trabajador. La nueva directiva deja a criterio del médico tratante evaluar la capacidad laboral de cada trabajador en función de su afectación leve, moderada o severa, por tanto, el descanso médico y su duración dependerá, con o sin resultados de laboratorio, como en otras enfermedades respiratorias, de la decisión clínica del médico. Un aspecto relevante en la nueva directiva es la definición operativa de “aislamiento respiratorio en la comunidad.” Es decir, es el seguimiento de pautas para reducir la transmisión en otros trabajadores de los centros de labores por una persona considerada, previa evaluación o criterio del médico tratante, como caso sospechoso, probable o confirmado de covid-19 y que no requiere hospitalización. Por tanto, el uso de las mascarillas, el lavado de manos (con agua y jabón o alcohol en gel), la distancia física, así como los ambientes ventilados, son medidas o recomendaciones que forman parte de las pautas para reducir la transmisión del virus.No es fácil pasar, desde el punto de vista normativo, de la fase pandémica a la fase endémica. Aún hay temor, no sólo al virus, sino también a las consecuencias médicas, sanitarias, mediáticas y políticas de las decisiones. ¡Cuidado con la infodemia durante la endemia!