La OMS quiere poner fin a la caries dental en la infancia
Luego de la promulgación de la Resolución Ministerial 242-2024/Minsa, del 4 de abril del 2024, que aprobó la Directiva Administrativa para la programación de turnos de trabajo del profesional de la salud en los establecimientos de salud del Ministerio de salud y de los gobiernos regionales, el Colegio Odontológico del Perú señaló que en la redacción de la Directiva “se ha producido la omisión, creemos involuntaria, de la programación del cirujano dentista en la programación de guardias”. Además recuerda que la Ley de Trabajo del Cirujano Dentista (Ley 27878), vigente desde el año 2002, establece en su artículo 14, tres aspectos: el primero que su jornada laboral es de seis horas diarias o su equivalente semanal de 36 horas o mensual de 150 horas. El segundo, que el trabajo realizado los días no laborables, sin descanso sustitutorio, da derecho a recibir una remuneración correspondiente a dicha labor, con una sobretasa del 100%. El tercero, que para el trabajo de guardia es de aplicación lo prescrito por la Ley 23536. Como se puede apreciar, las guardias forman parte inherente de la jornada laboral del profesional cirujano dentista. En consecuencia, la Directiva Administrativa ha pasado por alto la Ley 27878 y deberá ser corregida con la finalidad de incluirlos en la programación de guardias en el más breve plazo.
Esta omisión del Minsa, quizá involuntaria, ha servido para reflexionar sobre la importancia del profesional de odontología en la gestión de los determinantes sociales de salud y su impacto en la salud bucal. En ese sentido, cobra relevancia su programación en las guardias comunitarias que se realizan en los establecimientos del Primer Nivel de Atención, es decir, en los establecimientos de salud de 12 y 24 horas, tal como señala la Ley de conformación de Redes Integradas de Salud (Ley 30885). Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud, ha publicado el Manual de Aplicación para “poner fin a la caries dental en la infancia” que resalta la prevalencia de esta enfermedad y su importancia para la salud pública, así como, su relación con los determinantes sociales de salud. La cifra que aporta la OMS es escalofriante, ya que el 2017, “según la Global Burden of Disease Study, más de 530 millones de niños de todo el mundo tenían caries en los dientes de leche”. Además, la OMS señala que, a pesar de la cifra, no se percibe su importancia para la salud pública, porque los dientes de leche se exfolian o caen con el crecimiento del niño.
La percepción de enfermedad que afecta los dientes es un primer tema, que requiere urgente intervención. La población debería comprender que la enfermedad que afecta a los dientes tiene consecuencias, no solo en los propios dientes, sino, en la salud en general y en la calidad de vida. La percepción de enfermedad tiene como punto de partida el conocimiento del rol que tienen los azúcares en los alimentos y bebidas que son convertidos en ácidos por la placa bacteriana que se halla en la superficie dental, que con el tiempo disuelven el esmalte dental y la dentina, cuyo resultado es la caries. Como se puede apreciar, tal como señala la OMS, “se trata de una enfermedad no transmisible mundial y prevenible, de gran importancia médica, social y económica».
El segundo tema, es que debido a los estilos de vida “modernos», la prevalencia de caries en general, sobre todo, la infantil está en aumento. Y en sentido contrario, el poder de acceso a la atención odontológica es limitado y, la mayoría de las veces, fuera del alcance, por falta de dinero, de las familias pobres. Parece ser una brecha imposible de cerrar. Estos dos fenómenos requieren una intervención diferenciada, pero, complementaria, es así, que es necesario intervenir “en los estilos de vida modernos” para hacerlos saludables, pero también, en el fortalecimiento de los servicios de salud, con la finalidad de alcanzar la cobertura sanitaria universal, que, según la OMS, significa “que todas las personas y comunidades reciben los servicios de salud que necesitan, sin sufrir dificultades económicas». En este contexto, es necesario tomar en cuenta, que, en el Perú, por consenso del Foro del Acuerdo Nacional, se ha acordado que la salud y la seguridad social son derechos humanos fundamentales, así como, la conformación de Redes Integradas de Salud, que no solo fortalezca los servicios de salud, sino que gestionen los determinantes sociales de salud.
El tercer tema, es la gestión de los determinantes sociales de salud. Según la OMS, estos se definen “como las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen incluido el sistema de salud». En ese sentido, la salud bucal, está determinada por aspectos políticos, socioambientales, económicos, sociales y culturales, cuya conjunción influye en el comportamiento de los niños, de las familias y de las comunidades, ya que arrastran modelos de consumo y de estilos de vida, que pueden proteger o mellar la salud bucal, y la salud en general. Esa disyuntiva entre proteger o mellar, depende de cómo se organizan, no solo los servicios de salud, sino también, la vida en sociedad. Por tanto, es esencial promover la promulgación de normas, con rango de ley e infralegales, que protejan desde la infancia temprana la salud y fomenten estilos de vida saludables. Es obvio, que algunas de estas, podrían colisionar, con algunos usos y costumbres, incluso, de orden económico o de preferencia de los consumidores, sin embargo, la acción educativa, de información con acciones eficaces de comunicación de riesgos en salud, podría hacer la diferencia. Las experiencias son múltiples, desde la promoción de la lactancia materna, hasta la norma de alimentación saludable, las normas de quioscos escolares, entre otras más.
El cuarto tema, se inserta en la reflexión sobre el nuevo rol de profesional cirujano dentista. No solo debe estar presente en los establecimientos de salud, para realizar las actividades curativas de la especialidad, sino, sobre todo, para realizar el diagnóstico precoz de daños bucodentales, vigilar y controlar los factores de riesgo en la alimentación de los lactantes, en los niños, sobre todo, de los estilos peculiares de alimentación por hábitos, alto en azúcares o con bebidas azucaradas o componentes “lácteos” también muy azucarados. Asimismo, la fluorización y el cepillado dental con dentífrico fluorado. Esta labor, se debe realizar no solo en los establecimientos de salud, sino, en los domicilios, en las escuelas, en las colectividades infantiles, en la familia y en la comunidad. ¡Urge corregir la Directiva Administrativa que soslaya la importancia del profesional cirujano dentista!