Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes)
El 19 de abril del 2023 el diario Gestión dio cuenta de que, según los datos que aporta la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), “la anemia por déficit de hierro afectó al 42.4% de niños menores de tres años de edad el año pasado, un registro mayor al 38.8% observado en el 2021”. Asimismo señala que “la incidencia de la anemia fue mayor en el área rural (51.5%) que en el área urbana (39%)”. Y en la evaluación por regiones, que “la anemia sólo descendió en siete regiones en el 2022, mientras que en las otras 19 se elevó respecto al 2021. Los incrementos fueron mayores en Huánuco (de 43.3% a 51.8%), Loreto (de 51.7% al 63.1%) y Lima Metropolitana (de 27.4% a 33.9%)”.
Este retroceso es comparable con el ocurrido durante el lustro humalista que, con optimismo, había previsto reducir la anemia infantil al 20% hacia el 2016. Sin embargo, según el reporte del INEI del año 2016, alcanzó el 43%. Como se puede apreciar, hasta la fecha y a pesar de los sucesivos gobiernos, parece que la meta se ha tornado en inalcanzable, porque, luego de seis años y cinco presidentes de la República las cifras son casi las mismas.
Al comentar los resultados de la Encuesta de Endes del INEI sobre la anemia la ministra de Salud Rosa Gutiérrez, ha destacado que “se trata de una cifra alarmante que representa una seria amenaza para la salud pública” (diario El Peruano) y que el objetivo es bajar la anemia. La ministrá presenta como logro la disminución del índice de anemia de la Región Puno en el 2022, ya que disminuyó del 70.4% a 67.2%. Es obvio que ese magro resultado, que coloca al departamento de Puno muy por arriba del promedio nacional (42.2%), es más que un logro, un fracaso. Además señaló que “para lograr este resultado en la región Puno se priorizaron intervenciones estratégicas como la suplementación con hierro, medición en hemoglobina, tratamiento terapéutico, visitas domiciliarias por personal de salud y consejería nutricional, así como sesiones demostrativas de preparación de alimentos nutritivos, entre otros”. Y que la meta para el 2023 es reducir la anemia al 39%. ¡Qué lejos del 20% que el gobierno de entonces se había propuesto para el 2016!
Según los ejes 3 y 8 de la Política General de Gobierno, aprobada por el Decreto Supremo 042-2023-PCM, señala, por un lado, en el eje 3.2, “promover la seguridad alimentaria nutricional especialmente de las poblaciones en situación de vulnerabilidad” y por otro, en el eje 8.5, “fortalecer la lucha contra la anemia y desnutrición crónica infantil”. Este último aspecto se incluye dentro del eje “la salud como derecho humano”, por tanto, una vez más, se enfoca la estrategia para reducir la anemia como un aspecto ligado al Minsa o en el mejor de los casos, a las diversas instituciones que prestan servicios de salud. Sin embargo, ese enfoque reduccionista ya ha sido superado mediante el Plan Multisectorial de Lucha contra la Anemia aprobado por Decreto Supremo 068-2018-PCM de julio del 2018, que involucra a once ministerios bajo el liderazgo de la Presidencia del Consejo de Ministros, seguido por los ministerios de Salud, Educación, Defensa, Interior, Cultura, Ambiente, Producción, así como, Vivienda, Construcción y Saneamiento; Trabajo y Promoción del Empleo; Transportes y Comunicaciones; Mujer y Poblaciones Vulnerables; Desarrollo Agrario y Riego, Economía y Finanzas; Desarrollo e inclusión Social, adicionalmente, los gobiernos regionales y locales. Además, el Plan Multisectorial señala que la “anemia tiene un gran impacto en el desarrollo social, emocional, cognitivo y motor de los menores de 36 meses, y al ser un problema de salud multicausal que debe ser abordado de manera intersectorial e intergubernamental para asegurar la implementación de intervenciones efectivas que aborden los distintos factores asociados”.
Para tal fin, es indispensable revisar algunos determinantes de la anemia en el Perú, como la prematuridad y el bajo peso al nacer, las falencias en el control prenatal, la disminución de la lactancia materna exclusiva, la baja adhesión al tratamiento de la anemia que incluye micronutrientes en polvo (que contienen hierro, ácido fólico, zinc y vitaminas A y C), suplemento de hierro (jarabes), debido a aspectos culturales o de costumbres alimenticias e higiénicas, entre otros. Asimismo, el bajo consumo de alimentos ricos en hierro y las recurrencias de infecciones respiratorias y diarreicas en los niños, la falta de agua potable segura y de saneamiento básico en los hogares, la falta de higiene, el embarazo en las adolescentes, la falta de compromiso de los establecimientos de salud y la falta de conocimiento de la población para exigir esos servicios para prevenir la anemia. Enfrentar cada uno de estos determinantes negativos implica fomentar el desarrollo social local, no solo, la presencia de establecimientos de salud con personal capacitado. Cada uno de los ministerios, como es obvio, tienen objetivos y estrategias para lograr la reducción de la anemia, sin embargo, ese trabajo conjunto y articulado, no ocurre.
La Presidencia del Consejo de Ministros tiene un rol fundamental en la implementación y puesta en marcha del Plan Multisectorial, pero sobre todo para que tenga un impacto positivo. Es probable que incluso el Ministerio de Inclusión Social (Midis) o la Secretaría Técnica de la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS) hayan pasado por alto su rol rector y articulador en el marco del Sistema Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (Sinadis), debido al retroceso constatado en la reducción de la anemia infantil. Es de esperar que el Congreso de la República, luego de conocerse los resultados negativos ofrecidos por la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), y como parte de su función de fiscalización y control, realice un gran evento, con la presencia de los once ministros involucrados, para que expongan los aspectos pertinentes de la Política General de Gobierno. Y también las principales medidas adoptadas para reducir la anemia y evitar las falencias definitivas en el desarrollo cognitivo de los niños, que impactan desfavorablemente en el rendimiento escolar y, como consecuencia, irremediablemente en la adultez.
La anemia en los sectores pobres del país no se solucionará nunca porque los gobernantes que éstos eligen no tienen capacidad pensante para poder desarrollar estrategias de mejora de la calidad de vida respecto a la anemia. Desde el instante que tales gobernantes no tienen capacidad pensante ni de gasto en los programas preventivos de todo tipo para combatir la anemia y los determinantes que están adheridos a ella, siempre existirá este flagelo. No es hora de quitar gobernantes, es hora de que éstos tengan un perfil educativo respecto a los manejos que hace el Estado para mejorar la calidad de vida de las personas que de él dependen