El nuevo ministro y los retos en Salud


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Ministro Jorge López proviene de las canteras de Perú Libre

En horario inusual, a las 7.30 a.m. del 7 de abril, el presidente de la República ha tomado juramento al nuevo ministro de Salud. También ha sido inusual que el Ministerio de Salud (Minsa) haya estado siete días acéfalo. El tiempo para designar se ha prolongado innecesaria e inadmisiblemente, si se toma en cuenta la emergencia sanitaria por el Covid-19 y la crisis política y convulsión social. En ese sentido, las direcciones generales y los viceministros han actuado por propia iniciativa y “con piloto automático” aunque, como es obvio, no reemplazan al ministro como responsables políticos de esas decisiones. 

Tampoco se explica la demora por la búsqueda de algún profesional idóneo para el cargo, porque la designación del nuevo ministro ha sido previsible, debido a que la resolución de aceptación de la renuncia del censurado ministro de Salud le otorga un “agradecimiento por sus servicios prestados”. Es decir, el gobierno cree necesario continuar con la misma línea política en Salud, por tanto era previsible el ascenso del viceministro Jorge López, designado el 11 de marzo del 2022 por el exministro Condori, porque además proviene de las canteras de los funcionarios que laboraron en el Gobierno Regional de Junín durante la última gestión de Perú Libre.  

El diario El Comercio, el 7 de abril dio cuenta de algunos aspectos de la trayectoria del nuevo ministro de Salud. Por un lado, ha sido presidente del Cuerpo Médico del Hospital Nacional de EsSalud Ramiro Prialé, desde donde hizo severas críticas a la gestión de EsSalud por “supuestas falencias” en detrimento de la bioseguridad de los servidores de EsSalud que se encontraban en primera línea en la lucha contra la pandemia. También sucedió a una contadora pública en el cargo de director ejecutivo en el Hospital Regional Docente Clínico Quirúrgico Daniel Alcides Carrión, que administra el Gobierno Regional de Junín. Aunque parece increíble que el Gobierno Regional de Junín haya designado a una contadora para dirigir un hospital, cuya función esencial son los actos médicos, es más increíble que alguien que ha sido presidente de un Cuerpo Médico la suceda, como parece ser, sin ningún cuestionamiento. 

En ese contexto, parece serio el reto que enfrentará el nuevo ministro para resolver el impasse con la profesión médica heredado de la anterior gestión ministerial, y por tanto, que sume voluntades para resolver la crisis sanitaria y social. Por otro lado, el diario El Comercio señala que el nuevo ministro tiene una investigación en la Cuarta Fiscalía Penal Provincial de Huancayo, aunque él mismo ha señalado que “esa investigación que se encontraba en etapa preliminar fue archivada”. No obstante, el diario ha precisado que se ha resuelto “una impugnación contra el archivo preliminar de primera instancia”. Pero ninguno de los aspectos relatados constituye impedimento legal para asumir el cargo de ministro de Estado. 

Las circunstancias en que asume el cargo el nuevo ministro de Salud son difíciles. Un aspecto esencial es restituir la confianza de la población en la idoneidad y credibilidad del Minsa. No será tarea sencilla porque implica una trayectoria profesional impecable y la capacidad de convocar equipos profesionales involucrados con la investigación científica y tecnológica. Además, resolver las agudas contradicciones internas al interior del Minsa, entre los diversos matices políticos que ha cobijado el gobierno. Un segundo aspecto, es presentar el diagnóstico de la situación del Minsa y del Sistema Nacional de Salud, así como, los lineamientos de política y los objetivos de su gestión, cuya elaboración, debe sustentarse en la voluntad política del gobierno. Esta es una debilidad porque la gestión del exministro Cevallos, ha sido la continuación de la denominada reforma de salud del aseguramiento mercantilista y el énfasis en la gestión de la vacunación contra el Covid-19.  Luego, el ministro Condori no presentó en modo explícito sus lineamientos y objetivos estratégicos, ni siquiera, la forma en que valora el modelo de Salud vigente. 

Un tercer aspecto, es la adecuación de la gestión a los “nuevos lineamientos” y ubicar en los cargos a las personas idóneas que los implementen. El cuarto aspecto, es el manejo de la escasez del presupuesto público, debido, a que el presupuesto de inicio del 2022 es menor en casi 10,500 millones de soles que el año 2021. Esa brecha, presionará su gestión a medida que se acerca el fin de año. Por otro lado, el alza de precios y la inflación dificultan la gestión de los establecimientos de salud, por ejemplo, en el costo de los alimentos para los pacientes y otros rubros indispensables. El quinto aspecto, es resolver las expectativas generadas por el ministro Condori a los profesionales de la salud no médicos, y el conflicto con la profesión médica. No solo debe cumplir con las demandas laborales, sino, con la distribución adecuada y justa de las competencias profesionales para frenar el intrusismo. 

El sexto aspecto, es fortalecer el Primer Nivel de Atención de Salud con enfoque comunitario, es decir, de los puestos y centros de salud mediante la conformación de Redes Integradas de Salud. Es necesario resolver las falencias de la reforma de salud humalista que soslayó al Primer Nivel de Atención y a la Atención Primaria de Salud, así como, el casi cierre y exclusión de estos establecimientos durante la lucha contra la pandemia Covid-19. Es necesario enfrentar los problemas de salud pública, fortalecer las estrategias sanitarias y no descuidar la lucha contra la pandemia Covid-19. El séptimo aspecto es que el contexto político, la crispación y la polarización política, no abonan en favor de la salud. ¡Tremendos retos!

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