Interpelación y contexto político


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El ministro Hernán Condori fue interpelado en el Congreso

El 16 de marzo del 2022 han sido interpelados dos ministros de Estado, el de Salud y el de Justicia y Derechos Humanos, en el Congreso de la República. El ministro de Salud ha respondido a dos mociones con sus correspondientes pliegos interpelatorios que contenían 17 preguntas. Además, días antes, se había retirado una moción de censura directa en su contra, para evitar “que se argumente que no se respetaba el debido proceso y el derecho a la defensa”. Sin embargo, luego de escuchar las diversas intervenciones de los congresistas, es probable que exista dificultad incluso para reunir las firmas para impulsar su censura y, en consecuencia, que se consolide la gestión del actual ministro de Salud.

Las explicaciones del ministro de Salud, a pesar de no ser convincentes, en sentido estricto, sí sirvieron para demostrar arrepentimiento o capacidad de enmienda. Por ejemplo, con relación al “agua arracimada” señaló que “nunca había recetado ni vendido ese producto”, y que el “video propalado era de uso familiar” dirigido a un “pariente” y frente a las acusaciones de ser creyente en las pseudociencias, ratificó su apego a la ciencia. Tampoco, estuvieron ausentes la retahíla de ofrecimientos “concretos” de construir nuevos hospitales y centros de salud. Al final del proceso de interpelación, incluso algunos congresistas señalaron que las respuestas del ministro “fueron satisfactorias”. 

Sin embargo, llamó la atención que el ministro enfilara sus críticas contra el Colegio Médico del Perú y la profesión médica en general, porque demostró solo ánimo de desquite, por haber solicitado su remoción por falta de idoneidad para el cargo de ministro de Salud. Las críticas fueron injustificadas, porque la labor del Colegio Médico del Perú ha sido decisiva con sus contribuciones en las diversas comisiones científicas del Ministerio de Salud y también, en los señalamientos críticos y públicos en el manejo de la pandemia. Además, frente a la indiferencia de un ministro para trasladar a los médicos graves afectados por la pandemia, el Colegio Médico del Perú, tuvo que asumir los costos del traslado en avionetas de esos médicos, a pesar de que eran asegurados o que estaban en la planilla estatal. Es obvio, que ahora el gobierno y EsSalud, están en la obligación de reembolsar esos gastos. Asimismo, mostró falta de tino en las críticas contra la profesión médica porque ocurre en momentos en que ha enfrentado en primera línea e incluso, hasta la fecha, ha ofrendado 577 vidas, en la lucha contra la pandemia.  

Estas interpelaciones del Congreso de la República se producen en momentos en que se han formulado tres grandes bloques de opiniones en torno al destino del Perú. Un primer bloque es el que pide el cierre del Congreso, y, por tanto, desarrollan una serie de tácticas y maniobras. Unos incluso señalan que el gobierno aplica la “maskirovka” o “baile de las máscaras”, de la estrategia político-militar rusa, para confundir, maniobrar y ganar tiempo, para mejorar su posición y fortaleza. El segundo bloque, es el que pide la vacancia presidencial bajo mecanismos constitucionales, que implica, la acumulación de 87 votos, que según el Reglamento del Congreso son suficientes para declarar la vacancia del presidente por incapacidad moral permanente.  De hecho, se ha admitido a trámite la moción de vacancia por amplia mayoría, de 76 votos a favor de la admisión, 41 en contra y una abstención. Estas cifras, muestran dos aspectos preocupantes para el gobierno, la primera es que la diferencia entre los votos en contra y el número total de congresistas es de 89, es decir, dos votos más de los necesarios para vacar al presidente, y, la segunda es que ha habido un voto del partido político oficialista a favor de la admisión de la vacancia, debido al “olvido gubernamental” de su región. Si se difunde esa apreciación, es posible que se resquebraje, aún más, el respaldo del partido oficialista al gobierno.  

El tercer bloque, es el que exige que se “vayan todos”, es decir, tanto los miembros del Congreso de la República como los del Poder ejecutivo y se convoque a nuevas elecciones generales. La dificultad de este bloque es que no le asiste legalidad constitucional alguna. Por un lado, el gobierno no tiene asidero constitucional para convocar a elecciones generales, y por otro lado el Congreso tendría que acortar su propio periodo, mediante una reforma constitucional en dos periodos legislativos o una legislatura seguida de un referendo. Al analizar las declaraciones de los que promueven la consigna “que se vayan todos” se constata que son recientes colaboradores del gobierno, incluso, en las más altas esferas del poder político, que originaron contradicciones internas para desplazar al partido oficialista, que ganó las elecciones presidenciales, de la conducción del gobierno, y son denominados coloquialmente como “caviares”. Además, para el gobierno, parece, que contra este bloque ha evidenciado su contradicción principal, y, por tanto, incluso, el otro bloque, podría ser considerado un transitorio y coyuntural aliado. 

Las interpelaciones, sobre todo, la del ministro de Salud, se ha dado en este contexto político, y, por tanto, explica las expresiones de algunos congresistas que han declarado que las respuestas han sido satisfactorias o que se esperará un mes para analizar si cumple sus promesas y enfrenta la corrupción heredada. Además, sirve para ponderar la “renuncia” de la exministra que se desempeñaba como coordinadora del Programa de Creación de Redes Integradas de Salud (PCRIS). A estas alturas, los impulsores de la consigna “que se vayan todos”, sólo tienen la opción del “golpe de la calle”. Hasta la fecha, no han tenido eco. Ahora con la liberación del expresidente Fujimori, podrían tener su pretexto para apelar a la calle, y “volver al poder”. 

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