Los cambios en EsSalud y la agenda pendiente


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Gobierno ha propuesto la creación del Sistema Único de Salud

El 11 de enero del 2022, mediante Resolución Suprema 002-2022-TR, el Gobierno ha realizado cambios en la conducción de EsSalud y en la representación de los tres miembros del Estado. Ha designado al expresidente ejecutivo, Mario Carhuapoma; al viceministro de Salud, Augusto Tarazona y al médico Gino Dávila como miembros del Consejo Directivo. A este último se le ha designado como presidente ejecutivo de EsSalud. Por la magnitud de la institución y por las funciones de seguridad social que cumple, estos cambios deberían ser meditados y evaluados, debido a que suponen impactos positivos o negativos en la oferta de prestaciones médicas (de salud), económicas y sociales que, por la Ley N° 27056, reciben los asegurados o derechohabientes, así como la población en general, sobre todo en los actuales tiempos de pandemia. 

Según la Ley 27056, “Ley de creación de EsSalud”, promulgada el 8 de setiembre de 1997, este un “organismo público descentralizado y con personería jurídica de derecho público interno, adscrito al Sector Trabajo y Promoción Social, con autonomía técnica, administrativa, económica, financiera presupuestal y contable.” Esta definición tiene relación directa con el artículo 12 de la Constitución Política: “los fondos y las reservas de la Seguridad Social son intangibles. Los recursos se aplican en la forma y bajo la responsabilidad que señala la ley”. Asimismo, la adscripción al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo se debe a que el financiamiento esta ligado a la planilla de los trabajadores, y, por tanto, tiene herramientas de promoción del empleo, así como, de fiscalización laboral. De esta manera, favorece la recaudación de los fondos de los aportantes y promueve la sostenibilidad financiera de EsSalud. Además, las negociaciones de los pliegos laborales entre empresarios (incluido el Estado) y trabajadores, contienen aspectos esenciales que forman parte de la seguridad social. 

La Ley de Creación de EsSalud también tiene como “finalidad dar cobertura a los asegurados y sus derechohabientes a través del otorgamiento de prestaciones de prevención, promoción, recuperación, rehabilitación, prestaciones económicas y prestaciones sociales que corresponden al régimen contributivo de la Seguridad Social en Salud, así como otros seguros de riesgos humanos”. En resumen, prestaciones de tres tipos: de salud, económicas y sociales, además de ofertar “otros seguros de riesgos humanos”. La combinación de estos tres tipos de prestaciones es indispensable para que el asegurado o el derechohabiente, tenga acceso real a la salud. Sin prestaciones económicas y sociales, las barreras que impiden el acceso a la salud se mantienen intactas. También es imposible que las personas más pobres o de menores ingresos se beneficien de las conquistas de la medicina y de la innovación científica. La mezcla óptima de los tres tipos de prestación que brinda EsSalud, como institución de seguridad social, es la forma o el mecanismo para implementar un sistema de salud justo, solidario y con cobertura universal. 

Sin embargo, hay sectores que sostienen que es suficiente poner a disposición de la población los establecimientos de salud con prestaciones médicas y sanitarias y que los propios usuarios o pacientes se hagan cargo de eludir las barreras económicas, geográficas, de sus propias “condiciones especiales” e incluso culturales que impiden el acceso a la atención médica y de salud. Esa es la esencia de la Ley 29344 “de Aseguramiento Universal en Salud”, también conocida como del “aseguramiento mercantilista”.  Es la misma lógica en que funcionan los establecimientos de salud del Minsa y de los gobiernos regionales, así como del Seguro Integral de Salud (SIS). En ese sentido, la implementación de ese modelo de “aseguramiento mercantilista” en EsSalud sería un retroceso en el acceso a la salud de los asegurados y derechohabientes. Igual suerte correría la fusión con el SIS. Además, la adscripción de EsSalud al Minsa implicaría poner en riesgo la sostenibilidad financiera de la Seguridad Social. 

El Gobierno ha propuesto la creación del Sistema Único de Salud que, por lo menos, se puede comprender desde tres puntos de vista. El primero, sería la estatización de EsSalud y del sector privado y su fusión dentro del Minsa, junto con los otros componentes públicos del sistema de salud. El segundo, sería la estatización de los fondos de EsSalud y crear un único fondo que se convierta en un gran comprador de prestaciones médicas y de salud al sector público y al privado, para brindarlas a la población. El proceso tiene varias fases. La primera es mantener los fondos separados y coordinados, pero bajo la conducción del Minsa y del Gobierno, para luego, en una segunda fase, crear un único fondo. Este es el modelo que impulsa el ministro de Salud, también, conocido como “aseguramiento mercantilista”. Y el tercero sería la universalización de la seguridad social, con el fortalecimiento de EsSalud y la transformación del Seguro Integral de Salud (SIS) en una verdadera institución de Seguridad Social, pero con cargo a la caja fiscal; además de los sistemas de seguridad social de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como del sector privado. Es decir, un sistema de salud y seguridad social unificado. 

Estos tres puntos de vista han entrado en franca colisión en el seno del Gobierno. Los conflictos han sido cubiertos por los escándalos de corrupción; y las polémicas entre el Ministerio de Trabajo y la Contraloría, por la designación del presidente Ejecutivo de EsSalud.  Por un lado, no habría requerido información relevante, antes de la designación, a las instituciones involucradas en la fiscalización y control, y por el otro, no habría presentado de oficio y a tiempo las denuncias correspondientes. ¡Cuidado con EsSalud!

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