Ahora, brote de Influenza en Loreto


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Debido a las bajas coberturas de la vacunación

La Dirección de Salud de Loreto ha emitido una alerta epidemiológica por el incremento de casos de infecciones respiratorias debido al virus de la influenza AH3N2, que se ha detectado en varias ciudades de esa región. El hecho de que las medidas preventivas para evitar el virus de la influenza AH3N2 sean las mismas que para evitar el Covid-19 implica replantear una serie de aspectos sanitarios, sobre todo en circunstancias en que ya ha ingresado al Perú la variante ómicron del Covid-19. Es obvio que este brote es el resultado no solo de las condiciones estacionales, que facilitan el contagio, sino también del relajamiento de las medidas preventivas frente al Covid-19. Por tanto, a las personas que posean síntomas de infecciones respiratorias agudas se les deberá realizar de todos modos las pruebas de descarte también para el Covid-19. 

El virus de la influenza produce una infección que afecta a la nariz, garganta, bronquios y, en algunos casos, los pulmones, y que ocasiona fiebre, dolor de cabeza y garganta, dolores musculares, malestar general, tos, secreción nasal, entre otros. En los niños y en los adultos mayores de 65 años, así como en las personas que padecen enfermedades crónicas debilitantes o que tienen comorbilidades, puede producir neumonía e incluso la muerte. Se calcula que el virus de la influenza, que aparece en modo estacional, afecta entre el 5% y el 15% de la población mundial, y es responsable de más de 500,000 muertes anuales a nivel global.  

Los virus de la influenza tienen dos subtipos de importancia para el ser humano, el AH3N2 y AH1N1, cuyas mutaciones plantean la necesidad de reformular las vacunas existentes por otras más eficaces. Por tanto, es importante determinar el virus circulante, el subtipo y las variantes para determinar el tratamiento y con la finalidad de reformular las vacunas que son acondicionadas anualmente. También, ya se han desarrollado medicamentos antivirales, con uso en el país, aunque sus precios son altos con relación al nivel de ingresos de la mayoría de la población. En consecuencia, son suministrados por el Ministerio de Salud (Minsa) y los demás componentes públicos del Sistema Nacional de Salud. En ese contexto, la vacunación contra la influenza es la más importante estrategia para prevenir y evitar las muertes. Sin embargo, el brote que se ha presentado en Loreto ha puesto en evidencia esa falencia, con grave riesgo de ampliarse a todo el territorio nacional. 

Las bajas coberturas de la vacunación, que no son contra el Covid-19, han empezado a causar estragos. El brote de influenza en Loreto es la demostración.  En esa región la cobertura de vacunación para influenza en mayores de 65 años es de solo el 6.9%, para tétanos y difteria es de 16.4%, sarampión, rubéola y paperas es de 31.8%, contra la polio, alcanza el 40.4%, la pentavalente (difteria, tos convulsiva, tétanos, influenza tipo B y hepatitis B) con una cobertura de solo el 40%. Estas bajas cifras, que al menos deberían alcanzar un 95%, explican la aparición del brote de influenza y el enorme riesgo de que aparezcan, inclusive, nuevos brotes de otras enfermedades que se previenen con las vacunas. 

La Estrategia Nacional de Inmunizaciones del Ministerio de Salud tiene a cargo el cumplimiento de las metas de 17 tipos de vacunas que sirven para prevenir 26 enfermedades. Los resultados ofrecidos por el ministro de Salud el 14 de diciembre, en la Comisión de Salud y Población, han sido preocupantes. A pesar de que su exposición no ha sido prolija y no ha dado detalles de cada una de las vacunas, ha servido para demostrar las bajas coberturas y que Loreto es su expresión dramática. Solo se ha referido a algunas vacunas; por ejemplo, a la BCG (contra tuberculosis en recién nacidos) que asciende a 80.7% y mantiene la esperanza de llegar al 91% al 31 de diciembre.  Esta cifra está ligada a la atención de los partos, por tanto, no es un buen indicador para referir el estado de la cobertura de los otros tipos de vacunas. Aún así, es bajo. La cobertura de la vacuna contra la polio es de solo 72.4%, la vacuna pentavalente solo 72.8, sarampión, rubéola y paperas el 73.7%; el rotavirus 68.7%, neumococo 71.3%, influenza 87.3%. A estas alturas, solo basta recordar que la estrategia de inmunizaciones debe ser “la niña de los ojos” de la gestión ministerial. 

El gobierno está en la obligación de corregir la desprotección de la población y evitar la reaparición de las enfermedades ya erradicadas; como la difteria, que produjo la muerte de una menor de cinco años el 30 de octubre del 2020 en el hospital 2 de Mayo y también, una mujer de 69 años en el hospital Cayetano Heredia. Asimismo, debe estar vigilante ante la “coinfección” de enfermedades; por ejemplo, covid-influenza, sobre todo en Loreto. Sería grave, incluso, que las vacunas que no se usan a tiempo, se venzan y que la cadena de frío se sobrecargue y se dañe. Por otro lado, se deben mejorar las estrategias comunicacionales, adoptar las innovaciones en las vacunas y actualizar la Norma Técnica de Inmunizaciones, que ya tiene más de tres años. 

El año 2020, equivocadamente el Minsa ordenó cerrar casi por completo los centros y puestos de salud, que son parte activa en el proceso de vacunación. Ese error tiene que corregirse porque estos establecimientos de salud del Primer Nivel de Atención deben fortalecerse con el enfoque comunitario para revertir las bajas coberturas de vacunación. ¡Cuidado, no todo es Covid-19!

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