Ratificación política y estratégica en Salud


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Se mantienen lineamientos del gobierno anterior

El nuevo ministro de Salud, en diálogo con un medio de comunicación, ha señalado que ha ratificado a los dos viceministros y que continuará con los mismos cuadros técnicos, a los que sumará a algunos de su equipo; y que mantendrá los mismos lineamientos de política de su antecesor, a quien en reiteradas veces y en varios escenarios ha llenado de elogios.

El exministro Óscar Ugarte, en su discurso de despedida ante los trabajadores y funcionarios en el hall del Ministerio de Salud, resaltó la meta del sistema unificado de salud, la ampliación de Plan Esencial de Aseguramiento en Salud, que ha pasado –según afirmó– del 65% al 80% de la carga de enfermedad. No aclaró, sin embargo, qué harán los ciudadanos que se encuentran en ese 20% excluido.

Ugarte afirmó que la brecha de financiamiento per cápita frente a EsSalud había sido de más del doble, pero que su gestión la ha disminuido, aunque no ha precisado cifras. Ha remarcado que el gasto del Sector Salud el año 2020 ha sido de S/ 27,500 millones y que ahora se ha incrementado a S/ 27,880 millones. El pequeño incremento no debería alegrar, salvo que se use como referencia al presupuesto de inicio de Sector Salud del 2021, que ascendió a solo S/ 20,900 millones. Por último, invocó a su sucesor a incrementar el presupuesto para el año 2022.

Desazón dejó la falta de referencia a la previsión financiera hasta diciembre del presente año, así como, el incumplimiento de la agenda laboral que le hereda a la nueva gestión.  El ministro Hernando Cevallos respondió que fortalecerá los puestos y centros de salud con la participación comunitaria, con un discurso carente de contenido sanitario, pero sí repleto de reconocimientos y elogios. Además, se posicionó como continuador de las políticas y estrategias en Salud de los gobiernos de Sagasti y Vizcarra.  

Como se recordará, el expresidente Vizcarra, durante su mensaje del 28 de julio del 2020, propuso el Pacto Perú, constituido por cinco puntos, entre los cuales se encontraba la construcción de un sistema unificado de salud. Ningún funcionario, en ese momento, pudo definir con claridad ese concepto. En septiembre del 2020, el Foro del Acuerdo Nacional debatió, con los diversos actores que lo conforman, el contenido del Sistema Unificado de Salud, cuyos acuerdos aún no se han publicado. Eso sí, ha quedado claro, que la salud y la Seguridad Social en Salud son derechos humanos fundamentales, que la Redes Integradas de Salud implican la más amplia participación social (es decir, es el desarrollo y fortalecimiento del Primer Nivel de Salud con enfoque comunitario) y, además, que el Seguro Integral de Salud debe convertirse en una verdadera institución de Seguridad Social en Salud.

La meta, es alcanzar, un sistema que coordine y articule, con preservación de su autonomía constitucional de cada una de ellas, a las diversas instituciones de Seguridad Social en Salud, es decir, a EsSalud, a la Seguridad Social de cada una de las instituciones de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, al Seguro Integral de Salud “reformado” y al sector privado en lo que corresponda, entre otros. Es decir, un sistema unificado de Seguridad Social en Salud, que brinde prestaciones sanitarias, económicas y sociales, en modo integral, a toda la población residente en todo el territorio nacional y para todas las enfermedades, sin exclusiones, ni “planes de cobertura”. 

Sin embargo, en sentido contrario a la Seguridad Social Universal, el gobierno de Vizcarra ya había tomado el rumbo del aseguramiento mercantilista. En noviembre del 2019 se publicó el Decreto de Urgencia 017-2019, “Medidas para la Cobertura Universal de Salud” durante el interregno parlamentario, que relanzaba la política del aseguramiento mercantilista del gobierno de Humala. Para ello se necesita la creación de un solo fondo dinerario (o varios coordinados) para que realice las compras de las atenciones que necesitan sus asegurados.

El Tesoro Público, los propios asegurados y las empresas (a cuenta de la planilla de sus trabajadore, depositan el dinero en ese fondo, que servirá para comprar las atenciones que requieran los afiliados. Es decir, se trata de la creación de un “sistema único o unificado de salud” basado en la gran intermediación financiera que presupone el control de precios de los fármacos y de la tecnología innovadora. Los establecimientos de salud, los hospitales, las clínicas, los proveedores privados, “compiten” por venderle las atenciones “estandarizadas” a este “gran comprador”.

Las deficiencias en el desarrollo de las capacidades tanto sanitarias como de gestión de los establecimientos de salud y la escasez de profesionales especializados, “obligan” a realizar las compras casi a proveedores únicos, a los “amigos o colaboradores” de los gestores del fondo y del gobierno. 

La unificación del Minsa con EsSalud es el paso previo escogido para crear el fondo financiero e implementar el aseguramiento mercantilista y significa la destrucción de EsSalud, la restricción de los derechos de los asegurados e implementar la medicina curativa como eje de la gestión sanitaria. Eso explica el abandono de la conformación de la Redes Integradas de Salud, el casi cierre de los centros y puestos de salud y del trabajo articulado con la comunidad.

El nuevo ministro Cevallos ha obviado a las Redes Integradas de Salud, que son el mecanismo para el trabajo articulado con la comunidad, de no tomarlas en cuenta, solo será el primer paso para la politización de la participación social.

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