Las elecciones y la pandemia


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Pandemia no puede ser pretexto para postergar las elecciones

En los últimos días varios analistas políticos y algunos candidatos han solicitado la postergación del proceso electoral debido a la pandemia del Covid-19. Hay que remarcar que desde que se descubrió el primer caso positivo, en marzo del 2020, ha circulado esa propuesta en formas más o menos públicas. Incluso el expresidente Vizcarra, al momento de promulgar el decreto supremo de convocatoria a elecciones, señaló que algunos partidos políticos le habían pedido que postergue las elecciones, y que tomó esa decisión como demostración de su compromiso con la democracia y para cerrar el paso a aquellos políticos que pretendían quedarse en el Congreso. No se ha demostrado si esas solicitudes existieron, pero si fue útil para enfrentarse al Congreso de la República. Luego, cada cierto tiempo, algunos analistas políticos han reiterado esa posibilidad. Sin embargo, a partir del rebrote de la pandemia, a inicios del presente año, la propia ministra de Salud deslizó esa posibilidad. 

Otra vez, el tema ha entrado al debate impulsado por analistas políticos y por el llamado del expresidente Vizcarra, que ahora como candidato hace una propuesta en sentido contrario. Propone que el presidente Sagasti presente al Congreso un proyecto de ley para postergar la primera y la segunda vuelta, pero sin poner en riesgo la asunción al cargo del nuevo presidente de la República el 28 de julio del 2021. La premier, en conferencia de prensa, ha aclarado y ratificado que no se postergarán las elecciones, y rectificó el desliz de la ministra de Salud. Sin embargo, se han sucedido una serie de comentarios de algunos candidatos que en su momento fueron opositores a la vacancia del expresidente Vizcarra, que, de una manera directa o indirecta, señalan el enorme riesgo que supone llevar a cabo el proceso electoral en las fechas previstas. 

En general los temores de postergación de las elecciones provienen de la incomprensión del rebrote de la pandemia, a tal punto que incluso usan su sinónimo periodístico, de “segunda ola”. Además, exigen opiniones técnicas de parte del Ministerio de Salud (Minsa) que justifiquen o no el aplazamiento de las elecciones para tomar decisiones, sin tomar en cuenta que la evolución de la pandemia depende de las acciones de los seres humanos. Y que las cifras que se reportan en la fecha son como una fotografía del momento, pero que estas cifras se modificarán en el futuro en relación con las buenas o malas acciones del gobierno. En consecuencia, más que preocuparse por los informes técnicos que justifiquen el aplazamiento o no de las elecciones, deberían fiscalizar que el gobierno realice bien su trabajo, con adecuadas estrategias, para enfrentar la pandemia. Es obvio que las malas acciones del gobierno generarán mayor difusión del Covid-19 y, en consecuencia, pondrán en riesgo el proceso electoral. 

La vida y la salud de los ciudadanos, la reactivación de la economía nacional y el proceso electoral exitoso son aspectos que dependen de la eficacia del gobierno contra la pandemia. Es trillado escuchar que es necesario priorizar la salud y la vida de los peruanos en detrimento de los otros dos aspectos. Eso es falso, y además imposible. Priorizar la economía en detrimento de la lucha contra la pandemia redundará en un fracaso económico. Otra forma de plantear el aplazamiento de las elecciones es mediante el “tecnicismo de los protocolos”. 

Como sabemos las diferentes condiciones en que viven los ciudadanos impiden que todos se ajusten a un “molde” creado desde el gobierno. Más que protocolos se necesitan guías prácticas que promuevan la creatividad e innovación, entre ciertos límites, con respaldo científico y tecnológico, para promover la salud y prevenir el contagio, y así cortar la transmisión del virus Covid-19. Sin embargo, esa forma de enfrentarse a la pandemia implica una nueva estrategia, un nuevo enfoque, con mayor participación social. En consecuencia, es necesario que se abandone el enfoque hospitalario, militar y policial y se aplique el enfoque comunitario, que implica el fortalecimiento del Primer Nivel de Atención de Salud, en alianza con la comunidad organizada. Pasar de atender las consecuencias a atender las causas. El rol principal en la lucha contra las epidemias y las pandemias recae en la comunidad y en los centros y puestos de salud. Los hospitales tienen un rol secundario. Hacer las cosas al revés trae consigo el fracaso contra la pandemia. Esa realidad se refleja en la imagen de hospitales colapsados, listas de pacientes en pos de una cama UCI, escasez de oxígeno y falta de medicamentos e insumos, y en la elevada letalidad del Covid-19.

El gobierno ha promulgado el Decreto de Urgencia 006-2021 que transfiere fondos a la ONPE para pagar S/ 120 a cada miembro de mesa, y al Ministerio de Relaciones Exteriores para los miembros de mesa del exterior. Además, el Minsa ha asegurado que con el primer lote de vacunas se vacunará a todos miembros de mesa. Asimismo, la ONPE ha emitido la Resolución Jefatural 000382-2020-JN/ONPE que aprueba siete protocolos, con relación a los locales de votación y espacios abiertos, en la mesa de sufragio, para los electores, los personeros, observadores, periodistas y para el personal de las oficinas regionales de coordinación (OCR) y oficinas descentralizadas de proceso electoral (ODPE). Son medidas necesarias y oportunas, pero que deben engarzarse en el cambio de enfoque y estrategia de la lucha contra la pandemia. ¡Cuidar y vigilar el proceso electoral es tarea de todos!

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