Implosión de la gestión del Covid-19


Comparte este artículo

Las contradicciones de Gobierno ante la pandemia

Las contradicciones en la gestión de la pandemia hacen incomprensible el norte estratégico del Gobierno. Existe una disociación entre lo que se declara en las conferencias y en los medios de comunicación, y lo que acontece en la realidad. Antes el mundo de las palabras y el de los hechos marchaban en modo paralelo, ahora ambos mundos colisionan, se hacen daño y se contradicen. Solo en ese contexto es comprensible la renuncia de los miembros de la Comisión Asesora del Ministerio de Salud (Minsa) en materia de innovación de tecnologías sanitarias para la atención y manejo del Covid-19.

Según el propio ministerio, la Comisión Asesora ha enviado nueve informes, ha realizado “muchísimos aportes”; aunque por el contexto del riesgo de la pandemia, “muchas propuestas fueron implementadas, pero no en su totalidad”. Es decir, un reconocimiento explícito de lo afirmado por los renunciantes. Esta Comisión Asesora ha acompañado la gestión ministerial desde el inicio de la pandemia y ha servido como escudo protector de las decisiones técnicas del Minsa, debido al poder como referentes de cada uno de sus miembros. Sin embargo, la reacción del grupo asesor ha sido tardía. Aunque más vale tarde que nunca cuando de lo que se trata es de salvar la verdad y deslindar responsabilidades. Falta saber cuáles han sido las recomendaciones que se implementaron y, sobre todo, cuál ha sido el impacto. 

El Gobierno ha señalado que existe la probabilidad de una segunda ola de la pandemia. Incluso ha planteado que es necesario fortalecer la capacidad de respuesta sanitaria y, por tanto, contar, entre otros aspectos, con el personal suficiente para enfrentar esa eventualidad. Sin embargo, las acciones chocan con esas declaraciones. Por ejemplo, se ha dispuesto la no renovación de los contratos de los servidores de salud que ingresaron al amparo del Decreto de Urgencia 029-2020, bajo la modalidad CAS-Covid-19. El argumento es que fueron contratados para realizar funciones en la atención de los pacientes “sospechosos” y confirmados con Covid-19, y cómo los casos han disminuido, es necesario prescindir de los contratados, por el momento, hasta en un 50%. Atrás han quedado los deseos de mantener a los contratados por tres meses más. O que debido a la incertidumbre, y la brecha de recursos humanos en el sector salud, podrían desempeñar funciones en otras áreas que no son Covid-19. Además, existe embalse de pacientes por otras enfermedades. 

Hay que tomar en cuenta que el primer nivel de atención, los centros y puestos de salud, deben ser reactivados, porque equivocadamente fueron soslayados. También se ha dejado de lado el cumplimiento de los compromisos con los profesionales y trabajadores del sector salud. Por ejemplo, la escala salarial se ha quedado sin presupuesto. Según el Minsa, no hay dinero, pero los funcionarios se han comprometido a buscar saldos “para financiar, aunque sea una parte del tercer tramo” que corresponde al presente año. Tampoco está claro si programarán el cumplimiento con el cuarto y último tramo acordado para el año 2021. Los hechos del Gobierno apuntan a que no habrá una nueva ola de la pandemia. Las acciones colisionan con los dichos.

El tema de los medicamentos y las vacunas contra el Covid-19 sigue la misma suerte. Por un lado, el Gobierno arguye que el primer trimestre del próximo año los peruanos serán vacunados contra el Covid-19 en tres etapas: la primera, para los cuidadores de la salud; la segunda, para las personas con riesgos y comorbilidades; y la tercera, a la población en general. Sin embargo, las propias empresas que realizan los ensayos clínicos en fase III señalan que por lo menos requieren 16 meses para concluir los estudios.

Además, hay una serie de obstáculos aún por vencer; por ejemplo, la proporción de peruanos que aún no ha entrado en contacto con el virus y, por tanto, aún es susceptible de contagiarse. O al contrario, que ya tuvo contacto y, por tanto, posee inmunidad y hasta qué punto se puede hablar de inmunidad de rebaño. Además, qué tan consistente y durable es la inmunidad natural del virus, o si existe la probabilidad de las reinfecciones. Y, quizá, las mutaciones virales. 

El Gobierno ha presentado al Congreso de la República un Proyecto de Ley que modifica el artículo 8 de la Ley 29459, “Ley de los Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios” que permite otorgar registros sanitarios a los medicamentos y vacunas aún en fase III de ensayos clínicos, en modo excepcional y por un año, renovable, cuando exista pandemia. También hay una serie de controversias con algunos de los medicamentos que con mucha publicidad se autorizaron en sendas resoluciones ministeriales y con conferencias de prensa desde Palacio de Gobierno. Las controversias continúan, sobre todo, cuando se propone otorgar registro sanitario a medicamentos que aún se encuentran en fase III de ensayos clínicos. 

Los mensajes contradictorios del Gobierno, la renuncia de la Comisión Asesora en materia de innovación de tecnologías sanitarias, la falta de renovación de los contratos de los profesionales y de trabajadores, así como el incumplimiento de los compromisos laborales, entre otros aspectos, demuestran la implosión progresiva de la gestión en salud. ¡Corregir de inmediato!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *