El mensaje presidencial y la salud


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El Mensaje Presidencial en salud ha puesto en evidencia la falta de importancia que tiene este sector para el gobierno. Ha faltado el estadista que señale objetivos y el mecanismo para lograrlos.

Ha señalado que se han incrementado los afiliados del Seguro Integral de Salud de 3 500,000 a 8 900,000 millones de personas con un presupuesto de 448 millones de soles. Es imposible dar atención médica con 50 soles al año por persona, (17 dólares al año, cuando Chile gasta 700 dólares al año), además, hay que tomar con cautela y auditar las cifras, debido a la controversia que hubo con el gobierno anterior sobre el número de base de afiliados al inicio de la actual gestión gubernamental.

Ha puesto en evidencia su fracaso en la actual campaña de vacunación contra la hepatitis B, al señalar que a pesar de haber vacunado en la primera dosis 10 000,000 millones de peruanos en esta segunda dosis ha vacunado sólo 8 000,000 millones, es decir, aceptando las propias cifras oficiales, no se ha podido alcanzar siquiera lo logrado en la primera dosis, esto debido a la falta de adhesión de la población y los médicos por la mala calidad de las vacunas por su contenido de mercurio. 60-80% es un fracaso en una estrategia de vacunas. El gobierno tendrá que revacunar con vacunas de buena calidad. Ha soslayado el tema de los niños infectados con hepatitis B y los 4 muertos como consecuencia de la vacuna contra la fiebre amarilla y los demás ciudadanos contaminados por el propio sistema de salud.

Ha señalado el incremento del número  de atenciones médicas de 21 a 28 millones, sin embargo no se ha señalado si el incremento ha sido vía las atenciones de baja o alta complejidad. Es muy sencillo incrementar las atenciones de baja complejidad en detrimento de las de alta complejidad que consumen más tiempo y recursos, estas cifras por si solas no hablan de la eficiencia del sistema.
Ha reconocido el planteamiento de la Asociación Médica Peruana desde el año 2005, en el sentido de la falta de médicos y profesionales de salud, sin embargo no ha presentado proyecto de ley alguno para que el Congreso modifique el presupuesto que viabilice la contratación o nombramiento de nuevos médicos. Peor aún, no ha señalado si eso sería lo deseable porque no ha aportado el esbozo siquiera del sistema de salud que desea.

El presidente insiste en culpar a los escasos médicos la falta de atención, arguyendo el equivocado concepto de las 6 horas laborales para pasarlas a 8 horas, cuando en realidad el médico trabaja jornadas de 6 horas y de 12 horas, según sea turnos de consultorio o guardias, las mismas que se realizan sábados, domingos y feriados, diurnas y nocturnas, dentro de la jornada laboral.  Además, ya realizan los médicos 12 horas «extras» obligatorias a través de las llamadas AETAS, con pagos irrisorios.

Mas de 20 000 operados contra la ceguera por catarata es un logro real acicateado políticamente por el presidente venezolano, que tiene la desventaja de ser un programa vertical, único, voluntarioso, al margen casi de la política ministerial.

El presidente ha hecho suya la administración de Essalud, órgano constitucionalmente autónomo, señalando el incremento del numero de afiliados de 6 a 7 500,000 millones, agregándole los 81,000 servidores estatales SNP y los servidores de las MYPES con aportes a mitad de cuota, con lo cual, una vez más los asegurados de Essalud terminan subsidiando a estos nuevos servidores afiliados.  Es obvio, que la falta de infraestructura, insumos, equipos, medicamentos y médicos se verá agravada y el asegurado perderá en calidad y oportunidad de atención médica. El País esperaba algún proyecto legislativo que permita la articulación de Essalud con las demás instituciones públicas o privadas para desembalsar la enorme cola de pacientes por falta de oferta médica en Essalud. Aquí también falto el estadista.

La profesión médica lamenta que la salud y la atención médica no sean prioridad, que se encuentre a la deriva, llena de conflictos y aguda escasez. Nadie se conmueve frente a este terrible drama humano como para demostrar que «donde no hay cabeza, pobres pies».

Herberth Cuba García

Presidente de la Asociación Medica Peruana

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