Austeridad y la Salud

La Asociación Médica Peruana en carta abierta al gobierno de transición alertó sobre la necesidad de priorizar la política social, demandando la reducción presupuestal del Ministerio de Defensa, la desactivación del Ministerio de la Presidencia, la autonomía de Essalud, la transferencia e incremento de presupuesto de los servicios sociales como salud y mayor apoyo al sector productivo de las pequeñas y medianas empresas, fondos de inversión social y al agro (campesino medio y pobre), así como desmantelar su politización y uso clientelístico.

La Asociación Médica Peruana señala que debido a que el 53% de la población se encuentra en estado de pobreza el gobierno está obligado a tomar con mucha seriedad el tema de la política social, para evitar que ésta se auto perpetúe y se genere ineficiencias en los recursos humanos, para prevenir las secuelas de las poblaciones marginales y del estallido social, por lo que la AMP comparte el consenso logrado al ubicar a la política social como lo esencial en una política de desarrollo social.

Al inicio de su gestión el actual gobierno de transición transfirió al sector salud algunos programas de nutrición que se encontraban a cargo del MIPRE (Ministerio de la Presidencia), hecho que hacía presagiar que se continuaría hasta su desactivación total, pero lamentablemente el proceso ha quedado suspendido. Además los temas, Ministerio de Defensa, Essalud, Salud, educación, vivienda, nutrición, etc, apoyo al sector productivo han quedado totalmente relegados, con el agravante que se han dictado normas de austeridad que restringen drásticamente el gasto en la política social.

Las normas de austeridad dictadas, han repercutido negativamente en el sector salud, aspecto clave de la política social. El recorte presupuestal ha significado un progresivo deterioro y desabastecimiento hospitalarios. Esto ha tenido una terrible implicancia en el sistema previsional, Essalud, pero también en el subsector Ministerio de Salud y otros sectores públicos.

 En Essalud ha repercutido en frenar el acceso a los asegurados y la restricción en el uso de las instalaciones e insumos hospitalarios, por otro lado en una cada vez mayor contribución del bolsillo del paciente en la compra de medicinas y otros insumos. El propio Presidente Ejecutivo de Essalud ha reconocido el alto grado de obsolescencia del los equipos e instalaciones hospitalarios. El recorte presupuestal ha pospuesto una vez más el desarrollo de los recursos humanos de Essalud, incluyendo su ámbito remunerativo. Se mantiene la estatización del financiamiento y falta de autonomía de Essalud, hecho que no hace sino agravar la situación del sistema previsional en el Perú.

La austeridad decretada para el sector salud implica en la práctica la disminución del subsidio universal que existe en la atención médica de los establecimientos del Ministerio de Salud, con lo cual se produce una alza de los precios hospitalarios que tienen que pagar los usuarios, este proceso llamado sinceramiento de tarifas, y que es parte del proceso que ya viene ejecutándose llamado de recuperación de costos. Los actuales directores y jefes de los establecimientos del ministerio de salud se enfrentan al colapso impuesto por la austeridad o el sinceramiento de tarifas con el fin de mantener el funcionamiento de estos hospitales. El desabastecimiento y la pauperización hospitalarios, el deterioro del acto médico y el incremento del cobro de la atención médica y la exclusión social son hechos comunes que la Asociación Médica Peruana alerta a las autoridades nacionales y extranjeras. También en el Ministerio de Salud las normas de austeridad frenan el desarrollo de sus recursos humanos incluyendo el aspecto remunerativo.