Incumplimiento laboral en Salud y el próximo gobierno


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Urge una reforma salarial en el sector

El 20 de julio del 2021 el gobierno ha promulgado el Decreto de Urgencia 069-2021 para el fortalecimiento de la disponibilidad de recursos humanos y nombramiento de personal asistencial, y otras medidas, ante la emergencia sanitaria, por más de S/ 574 millones. Los rubros en los que se distribuirá el dinero son, en primer lugar, casi S/ 69 millones para el pago de los servicios complementarios en los establecimientos del segundo y tercer nivel de atención de salud, que corresponden a los servicios hospitalarios. Una vez más se ha dejado de lado, a los puestos y centros de salud, es decir, a los establecimientos del Primer Nivel de Atención de Salud.

Un segundo rubro de gasto, de aproximadamente S/ 497 millones, es para la contratación de personal bajo la modalidad del régimen laboral CAS, durante los meses de julio y agosto del 2021 para fortalecer la oferta de servicios en la atención del Covid-19, en los tres niveles de atención, en el Servicio de Urgencias (SAMU) y en los Centros de Atención de Aislamiento Temporal. Asimismo, S/ 8.2 millones son para la continuidad del Seguro Vida. De manera increíble se reconoce haber incumplido pese a tener los fondos, la Ley 31084, Ley de Presupuesto del 2021, que ordenaba culminar, hasta el 31 de marzo del 2021, el nombramiento del 40% de los profesionales y técnicos de salud; y por tanto, se ha prorrogado ese proceso de nombramiento hasta diciembre del 2021, es decir, ha transferido la tarea para el próximo gobierno.

En ese contexto, la afirmación del actual ministro Óscar Ugarte, “dejamos para el próximo gobierno, un proceso de vacunación en marcha, en camino y recursos humanos financiados”, es una falacia. El nuevo gobierno, deberá asegurar la oferta de servicios de salud necesarios para enfrentar la pandemia, y lo más probable, una tercera ola, por tanto, debe enfocarse en resolver el problema de los recursos humanos, heredados desde el lustro humalista. 

El desajuste entre las necesidades de recursos humanos y la real disponibilidad de estos ha generado que mediante decretos de urgencia se disminuya esa brecha, a través de una serie de bonificaciones y contratos temporales precarios, con una clara violación de los derechos humanos. En ese sentido, la concepción y ejecución de la reforma salarial realizada el 2013, en el marco de la denominada reforma de salud humalista, ha sido contraproducente porque les ha restado flexibilidad y adecuación a las demandas de las diversas zonas y regiones geográficas. Las emergencias y los desastres son frecuentes y de distinta naturaleza en cada territorio del país. Además, se ha combinado, bajo criterios igualitarios, recursos humanos, escasos con abundantes, especializados con generales y de alto riesgo con los de bajo riesgo. Se ha creado, una pirámide laboral burocrática, igualitaria y disfuncional. 

El Decreto Legislativo 1153 y su reglamento fueron promulgados el 2013, como parte de la reforma salarial para el Sistema Nacional de Salud, con excepción de EsSalud. Esta exoneración de EsSalud ha sido uno de los aciertos de los congresistas de esa época, que denegaron la autorización al Poder Ejecutivo para que legisle en materia laboral para EsSalud. En consecuencia, en EsSalud, se mantienen vigentes, en todos los extremos, los regímenes laborales, DL 728, DL 276 y el DL 1057 (CAS). 

El cuestionado DL 1153 ha creado una sola carrera para todos: médicos, otros profesionales “no médicos”, técnicos y demás trabajadores asistenciales del sector salud. Es una pirámide remunerativa, en la que todos los grupos de servidores están ligados. A partir de esa ley, se denominan servidores de salud. Además, se ha disgregado al equipo de salud, en dos grupos, por un lado, a los asistenciales, y por el otro, a los administrativos. Sin embargo, por el principio de la realidad, algunos servidores se han convertido en “híbridos”; es decir, están en ambos grupos pero son tratados, para fines remunerativos, como asistenciales. 

La pirámide laboral ha generado conflictos laborales porque ha creado brechas salariales entre los grupos de servidores. Por ejemplo, los profesionales de la salud “no médicos” señalan que la brecha que separa a los médicos de ellos es muy grande. El año 2013, era del 50%. Ahora, por las diversas luchas de reivindicación para cerrar la brecha, se han alcanzado 62%. La meta inicial de sus reclamos es lograr el 80%. Sin embargo, la idea, es que se nivelen sus remuneraciones con la de los médicos, que ahora, consideran injusta y discriminatoria. La implementación de la pirámide remunerativa del DL 1153, ha obligado a derogar algunos artículos del DL 559, “Ley de Trabajo Médico” que obligaba a la nivelación de las remuneraciones de los médicos entre EsSalud y el Minsa, y demás componentes del Sistema Nacional de Salud, incluido el sector privado. Como se aprecia, esta nivelación, solo comprendía a la profesión médica. 

Por otro lado, el Reglamento de EsSalud mantiene una escala remunerativa propia. Sin embargo, debido a la inclusión de EsSalud en el FONAFE, las modificaciones salariales, dependen de las autorizaciones que brinde el Ministerio de Economía y Finanzas. Asimismo, debido a la escasez de médicos y, sobre todo, de especialidades médicas es que si EsSalud aumenta las remuneraciones produce un flujo de profesionales médicos hacia EsSalud, con perjuicio del Minsa, de los gobiernos regionales, del sector privado, de las sanidades militares y de la policial, entre otros, porque pierden profesionales. En ese contexto, las negociaciones salariales de EsSalud son analizadas con preocupación, no solo por el MEF, sino también por el Minsa y por los otros componentes del Sistema Nacional de Salud, incluido el sector privado. ¡Urge una nueva reforma salarial!

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